Zabala acude a la entrevista con Rafael Martínez Jordá, que puntualiza algunas de las reflexiones. Juntos fundaron la PAI y juntos abandonaron el sindicato de accionistas cuando la plataforma hizo suyas las tesis del consejo y se plegó a negociar solo con Adeslas. Afirma que tiene todavía el apoyo de más de cien accionistas y pueden ser la clave de la junta.
¿Qué opinan de la postura de IMQ sobre el acercamiento de Sanitas?
—Usted ha llamado al Igualatorio para preguntar si había otras ofertas.
Sí, es así.
—Si no llama, no lo habrían comunicado a los accionistas. Hay cuestiones que no se explican. Como la famosa exclusividad, que no se discutió en la junta general y ellos sabrán porqué.
¿No se informó de la cláusula?
—No se dijo nada. En el supuesto de que se hubiera votado y aprobado en la asamblea, cosa que dudamos, hay otra cuestión: ¿Por cuánto tiempo se dio esa exclusividad? Han pasado ya siete meses desde la junta y ocho desde el preacuerdo con Adeslas. ¿Es una exclusividad eterna?
Parece que lo será al menos mientras sigan las negociaciones.
—Siempre hemos dicho que se tenían que presentar varias ofertas, no una en exclusiva. El objetivo era que los médicos escogieran la que más convenía económica y laboralmente. Este proceso se resquebraja, porque habrá grupos de accionistas –igual ya los hay– que no estén conformes y, haciendo el trabajo que le corresponde al consejo, buscarán alternativas que mejoren la oferta de Adeslas.
¿Sanitas iba a mejorar la oferta?
—Conociendo las condiciones de Adeslas, si Sanitas ha dado este paso es porque iba a presentar una oferta mejor. Si no pudiera mejorarla no habría hecho absolutamente nada.
—Rafael Martínez Jordá (RMJ): Sanitas no ha salido de la noche a la mañana, lógicamente lo ha estudiado durante varios meses.
—Se le da a una empresa exclusividad, no se puede negociar con nadie y no se permite a ninguno de los asesores de los sindicatos de médicos participar en la negociación...
—(RMJ): El proceso está viciado. Así no se hace una venta en condiciones.
—Cuando uno vende un piso, pone un precio y luego lo discute con el futuro comprador. Aquí no ha sucedido esto. Lo único que se hizo fue mandarle una carta a Adeslas pidiéndole comprensión y buenas intenciones y Adeslas fue la que puso el precio, las condiciones y todo lo demás. ¿Cuál es la contraoferta que ha hecho el Igualatorio? No, no es una venta lógica.
¿Cree que se presentarán nuevas ofertas las próximas semanas?
—Estamos convencidos de que se van a presentar. No sabemos qué camino tendrán que seguir. El consejo no recibe, no quiere escuchar, no hace nada... No sabemos cómo se va a hacer porque dan la espalda a su obligación, que es buscar lo mejor para todos los accionistas. Lo que están haciendo, nadie sabe si en su provecho, es no presentar a los médicos una oferta mejor que la de Adeslas.
—(RMJ): Huele muy mal, nos está causando perjuicio económico a los accionistas y habrá que dilucidar quién es el responsable.
—Igual tenemos que ir a un tribunal.
¿Abrir otro frente judicial?
—Sí, este consejo tiene varios rifirrafes de este tipo. Los retractos de los herederos, de escándalo; el tema del cambio de estatutos, otro escándalo del que según ellos no sabían absolutamente nada, les engañaron, y luego en el juicio salió que llevaban meses preparando la operación.
—(RMJ): Además han llevado a otros compañeros a juicio penal. Es la primera vez. Nunca habíamos llegado a este extremo en el Igualatorio.
¿Se refieren a la demanda penal al Montepío por su junta?
—Al juicio al que llevan a los compañeros del Montepío por defenderse. Tenemos lío para diez años.
Un frente que se enquista.
—El gran escollo de todo esto es el Montepío. Le puedes dar la exclusiva a Adeslas o a quien sea, pero no se va a ningún sitio sin resolver antes lo del Montepío. Y dado que va a requerir una larga negociación, en ese tiempo podríamos están abiertos a escuchar propuestas que puedan ser beneficiosas para el Montepío, para los accionistas que se quieran ir y para los que se quieran quedar. El impasse es un buen momento para escuchar ofertas, no para cerrarnos en banda.
El consejo fija para el 31 de marzo la junta para vota la oferta de Adeslas.
—A ver si los accionistas apoyamos esa venta. Y lo más importante, si no se soluciona el tema de Montepío, y por lo que veo no tiene en este momento un viso de arreglo, olvídate. No vamos a ir a ningún sitio.
¿Puede cambiar el equilibrio de fuerzas en la próxima junta?
—Voy a procurar ponérselo difícil. La PAI aportaba a las juntas 300 votos, yo les puede asegurar a estos señores que más de 150 compañeros de la PAI están más de acuerdo con nuestras ideas que con las del consejo. Si Ademi sigue fiel a sus ideas y pactamos y nos posicionamos contra el consejo, a ver cómo sacan la venta a Adeslas. A ver si se celebra esa junta.
¿El consejo desconvocará la junta?
—Si ven que no pueden ganar, anularán la convocatoria. Pero si lo hacen, nosotros convocaremos otra para ese día para votar todas las ofertas que hayan podido llegar. Con la cantidad de problemas que hay, ¿cómo se puede presentar a nadie una venta, crear unas expectativas en gente jubilada y que quiere cobrar cuando, está el tema del Montepío? Porque han dicho que el cambio de estatutos que da capacidad de veto al Montepío era papel mojado, pero ellos lo firmaron.
¿Han hablado con el consejo?
—Hay consejeros que fueron compañeros en la PAI con los que todavía tenemos contacto. Hay algunos que lo entienden, otros han dado el viraje completo. En el momento en el que entran al consejo se olvidan de quién los había elegido. No quieren entender que o se sientan hablar todas las partes o esto no tiene arreglo. No se puede excluir a los dos sindicatos principales que estuvieron en la pelea. Ademi y la PAI están excluidos. La PAI es un apéndice del consejo.
Y eso ha supuesto su salida de la PAI.
—Salida fulminante. Decir que está operación es una vergüenza nos supuso tener que marchar. Ya no sabemos si la PAI es un sindicato de accionistas o una agencia de colocación. Es un sindicato que tenía la mayor representatividad posible, porque las juntas del IMQ se ganaban con los votos de la PAI. Y de repente empezaron a decir que había que votar lo que dijera el consejo. He trabajado cuatro años como un loco, al igual que Rafa y otros, pero no para regalarle los votos al consejo. El esfuerzo fue para lograr lo mejor para los accionistas, no para el consejo.
Tienen contacto con accionistas de todas las sensibilidades. ¿Qué se palpa en el Igualatorio?
—Que esto es una auténtica chapuza.
—(RMJ): A ver qué pasa la próxima semana cuando los accionistas, se den cuentan de que les han mentido. Se ha creado un caldo de cultivo con lo de Sanitas y el enfado irá a más.
—Si lo único que se pretende es que vengan Sanitas, otras dos o tres compañías más y Adeslas. Y que pongan sus ofertas encima de la mesa y que la asamblea general soberana de los médicos del Igualatorio decida cuál es la que quiere. Me parece muy bien que Adeslas, como socio, haya tenido preferencia. Pero de ahí, a ser exclusivo, hay una diferencia.
¿Es posible que en la junta en marzo cambie el equilibrio de fuerzas?
—Yo voy a procurar ponérselo difícil. La PAI aportaba a las juntas 300 votos, Más de 150 compañeros de la PAI están más de acuerdo con nuestras ideas que con las del consejo. Si Ademi sigue fiel a sus ideas y pactamos y nos posicionamos contra el consejo, a ver cómo sacan la venta a Adeslas. Eso si se atreven a convocar la junta con la cantidad de problemas que hay. ¿Cómo se puede presentar a nadie una venta, crear unas expectativas a gente jubilada y que quiere cobrar cuando está el tema del Montepío? Porque han dicho que el cambio de estatutos que da capacidad de veto al Montepío era papel mojado, pero ellos lo firmaron.
"Han llevado al Montepío a un juicio penal por defenderse, tenemos lío para diez años, y no se puede hacer nada sin resolver ese escollo"
"Lo que se pide es que Sanitas, Adeslas y otras compañías hagan ofertas y que la asamblea de los médicos decida cuál quiere"