El Departamento de Educación hará auditorías en los colegios concertados para evitar que cobren cuotas encubiertas. Es uno de los principales anuncios que dejaba ayer el consejero Jokin Bildarratz en la exposición que realizó en la comisión de Educación para presentar el cronograma de aplicación del pacto de bases a partir del que el Gobierno Vasco está elaborando la nueva ley vasca de Educación. Una nueva ley que pretende aprobar en otoño y que se debatirá después en el Parlamento Vasco buscando que quede definitivamente aprobada en la primavera del año que viene.
Sin embargo, el cronograma presentado ayer se pondrá en marcha ya este próximo curso 2022-2023. La eliminación definitiva de las cuotas en los colegios concertados y la puesta en marcha de auditorías es, sin duda, uno de los principales titulares. Se busca la gratuidad real de la educación desde el curso que viene y por eso el departamento auditará a los centros concertados que, por tanto, reciban dinero público para erradicar posibles prácticas encubiertas de cobro de cuotas.
Junto a esta medida, Bildarratz anuncia que se fijará una proporción máxima de alumnado vulnerable por aula con una reserva de plazas para colectivos vulnerables, todo con el objetivo de evitar la segregación escolar, y acabar por ejemplo con la actual escena de algunos centros educativos en los que en los que se concentran alumnos procedentes de familias con pocos recursos. Los conciertos educativos se renovarán con este objetivo de lograr una escolarización en igualdad de condiciones.
Junto a esto se aumentarán las plazas en los colegios públicos. La idea es que todos los padres y madres que quieran llevar a los niños a la escuela pública puedan hacerlo sin que se encuentren con que no hay plazas suficientes.
El consejero por cierto que ha zanjado el debate en torno a la jornada escolar y ha dejado claro que se va a consolidar la jornada partida.