El Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, a través de su Dirección General de Inclusión, Igualdad y Convivencia, interviene en una media de 70 casos de acoso y/o ciberacoso al año. Sólo en los primeros cuatro meses de 2023 ya son 35 las actuaciones realizadas en materia de bullying, 19 de ellas por acoso y 16 por ciberacoso.
Así se desprende de los datos facilitados por el Ejecutivo foral en el Día Mundial contra el Acoso Escolar, que se conmemora el 2 de mayo. En concreto, la Asesoría de Convivencia tuvo constancia de 70 casos durante el año natural 2021, mientras que en 2022 fueron 73.
La directora general de Inclusión, Igualdad y Convivencia, María José Cortés, destaca que “la mayor parte de los casos se sitúan entre los 12 y los 15 años” y en la mayoría de ellos “son situaciones de acoso que tienen un recorrido de años”. En este sentido, advierte de que la edad en la que se inicia el bullying “está bajando de forma generalizada: tenemos casos que empiezan a los 9 y 10 años”.
La voz de alarma
Las solicitudes para actuar ante un caso de acoso escolar o ciberbullying llegan a la Asesoría de la Convivencia “principalmente a través de las familias de la víctima y de los centros educativos. Aunque son los menos, también hay casos en los que los propios escolares contactan con la Asesoría de Convivencia. “Deben confiar en los adultos que están su alrededor, porque tapando el acoso no se soluciona”, incide Cortés.
En cuanto un docente o un familiar da la voz de alarma de un posible caso, se inicia el protocolo antiacoso. Durante una primera fase, se realiza una observación para ver en qué situaciones se puede dar acoso y ver quiénes son los agentes: víctima, acosador/es y observadores. A partir de ahí se ofrecen pautas al equipo docente, familia y alumnado, con trabajo individual y grupal, y la realización de cuestionarios, situaciones de diálogo... Dependiendo de la gravedad del caso, se establecen unas sanciones u otras y desde la Asesoría de Convivencia se ofrece apoyo y acompañamiento a los centros y a las familias.
Prevención y más prevención
El programa Laguntza de prevención y actuación para este tipo de situaciones está implantado ya en 46 centros escolares. Su andadura se inició en el curso 20-21, cuando se implantó en 12 centros de Primaria y Secundaria, para ampliarse a otros 14 centros en el curso siguiente, 21-22, mientras que en lo que respecta a Educación Secundaria, el pilotaje de Laguntza llegó en el curso 21-22 a 13 centros y este curso 22-23 se ha ampliado a otros 7 centros más.
El Departamento de Educación ofrece dos tipos de formaciones a los centros. La primera es el propio programa de educación socioemocional Lagunza, que plantea a su vez dos aprendizajes: 24 horas de formación para los grupos motores (equipo directivo y comisión de convivencia) y 12 horas de formación para el profesorado junto con la implantación en aula de las propuestas didácticas creadas (el centro decide si es obligatoria o voluntaria). Por otro lado existen los módulos formativos Laguntza, que permiten que centros y docentes de manera individual aprendan sobre aspectos relacionados con la convivencia y el buen trato.
Entre las iniciativas preventivas puestas en marcha se encuentra la figura del tutor emocional, donde alumnos de cursos superiores sirven de apoyo a otros de cursos inferiores. “La prevención, desde un enfoque emocional, está dando buenos resultados, la importancia de las buenas relaciones, la empatía... Hay que seguir trabajando, porque todo lo que hagamos en este campo, es poco”, finaliza Cortés.