Los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia han coincidido este martes en que los aliados occidentales no deben "relajarse" frente a Rusia hasta que el "horror" en Ucrania termine.
Joe Biden, Boris Johnson, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi han abordado durante la jornada la situación en Ucrania y han discutido acerca de la necesidad de trabajar unidos para "remodelar" la arquitectura de energía internacional y "reducir" la dependencia de los hidrocarburos rusos.
Además, han acordado la necesidad de apoyar a la ciudadanía ucraniana "en su lucha" contra "la barbarie" rusa, según un comunicado difundido por la oficina de Johnson.
El 'premier' británico ha destacado los "espantosos" ataques que se llevan a cabo en ciudades como Mariúpol, que está cercada por las fuerzas rusas y lleva sufriendo bombardeos varias semanas.
Por su parte, la Casa Blanca también ha emitido un comunicado sobre la llamada en el que ha subrayado la necesidad de destinar ayuda humanitaria a la ciudadanía de Mariúpol.
De igual modo, Washington ha incidido en que el presidente Biden y el resto de líderes han apostado por brindar a Ucrania "asistencia de seguridad" para defenderse del ataque "injustificado y no provocado" de Rusia.
De forma paralela, Johnson ha reiterado que la comunidad internacional debe juzgar "al régimen de (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin por sus acciones, no por sus palabras".
"Putin está retorciendo un cuchillo en la herida abierta de Ucrania en un intento de forzar al país y sus aliados a capitular", ha indicado, antes de instar a sus interlocutores a ser "implacables" en su respuesta. Los líderes han acordado mantener un contacto "estrecho".
Las víctimas civiles por la invasión rusa de Ucrania son, hasta el momento, 3.039, según cifras de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), que ha detallado que 1.179 personas han muerto y 1.860 han resultado heridas.
Hasta ahora, más de 3,9 millones de personas han abandonado Ucrania desde que Rusia lanzó su ofensiva militar el pasado 24 de febrero, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que estima que más de diez millones de ucranianos han tenido que abandonar sus hogares en un mes.