A Alberto Núñez Feijóo le faltan cuatro votos para convertirse en el próximo presidente español, pero no los va a lograr. Tampoco por la parte vasca, porque PNV y EH Bildu recibieron ayer martes con críticas su discurso y ya habían adelantado que no lo apoyarían. EH Bildu, que lleva meses presentándose como dique de contención contra la derecha española también como estrategia electoral, censuró ayer martes el discurso de Feijóo por sus múltiples inexactitudes, sus “bulos”, o por presentarse ahora como el garante de unas medidas que ha venido rechazando el PP. En cualquier caso, Feijóo ni siquiera ha apelado estos meses a los escaños de Bildu y la excluyó de su ronda de contactos.
El portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Oskar Matute, compareció en rueda de prensa para realizar una primera valoración antes de la intervención de hoy de Mertxe Aizpurua. Matute centró buena parte de su comparecencia en desactivar las afirmaciones de Feijóo en materia económica y social, tras una legislatura de cierre de filas de Bildu con Podemos y el PSOE en ese sentido.
“Su discurso ha sido una pléyade de inexactitudes, bulos y mentiras. Inexactitudes, como señalar que la tasa de personas en riesgo de pobreza es la mayor de la historia, cuando en los últimos diez años ha bajado del 22,2% al 20,4%. O hablar de su apuesta inequívoca por la subida del salario mínimo, obviando que Rajoy lo congeló en 2012 y 2014, o señalar que el paro juvenil en el Estado español es el más alto de Europa con el 27%, que en parte puede ser cierto, pero la inexactitud viene de obviar que con Rajoy era treinta puntos superior. Así podríamos seguir con las pensiones, pero por lo escaldado que salió de una entrevista, ha decidido no hablarnos de ello. En el tema de las okupaciones, el CGPJ dice que han bajado casi un 20%”, dijo.
“Ha lanzado una serie de propuestas como la gratuidad de las escuelas infantiles, cuando la Comunidad de Madrid (del PP) lo que hace es privatizarlas y cerrarlas. Y cada vez que el Gobierno ha intentado poner coto a la subida de la luz o subir el salario mínimo o abrir el debate fiscal, el PP ha sido siempre contrario”, añadió.
Matute censuró que a Feijóo “se le paró el reloj en 1978, y para él no existe nada antes de la Transición ni después”. Le reprochó que incluya “más tipos ilícitos como la deslealtad constitucional, obviando las sentencias del Tribunal Supremo que dicen que la Constitución no apuesta por una democracia militante”. Sentenció que el suyo es “un viaje a ninguna parte”. El debate no dejó lugar a dudas: a Feijóo también le dio calabazas Catalunya, con Junts, que calificó al PP de partido “anticatalán” por su rechazo a cualquier solución y a la inmersión lingüística en las escuelas; y ERC, que mira ya a Sánchez para avisar de que una amnistía del 1-O debe sentar las bases para celebrar otro referéndum.