El diálogo presupuestario con la oposición avanza de manera inexorable hacia el desacuerdo, en un clima donde todas las diferencias se enconan en puertas de las elecciones. EH Bildu, que ya había mostrado su frialdad antes de reunirse con el consejero Pedro Azpiazu, ha presentado este martes ante los medios de comunicación su propuesta para las Cuentas de 2024, donde deja ver su distancia sideral con el proyecto del Gobierno de Urkullu, y se postula abiertamente como alternativa, con una propuesta para un “cambio de ciclo”. El documento de 12 páginas le fue entregado al consejero tan solo diez minutos antes de hacerlo público, según explican fuentes del departamento a este periódico. Plantea un conjunto de medidas valoradas en 350 millones de euros, de los cuales más de 150 los absorbe en solitario el capítulo de Osakidetza, el gran foco de desgaste para el Gobierno vasco y donde EH Bildu lleva meses incidiendo. La coalición plantea, por ejemplo, establecer turnos ordinarios de tarde para reducir las listas de espera en las especialidades que se están “derivando a la privada”. También pone sobre la mesa la Ley de Vivienda, que el Gobierno vasco aún negocia con el español para buscar una salvaguarda competencial y evitar un recurso al Constitucional. Bildu, que nunca ha visto esa erosión competencial, pide designar las áreas del mercado tensionado para limitar los precios del alquiler.
La propuesta incluye algunas consideraciones políticas sobre la acción del Gobierno vasco, que “ejerce de notario” de la realidad con unos Presupuestos de “autocomplacencia” y que “no dan la talla que exige la situación”. Creen que hace lo mismo que otros años, pero “con un poco más de dinero” porque la inflación ha disparado la recaudación fiscal. EH Bildu apuesta por aprovechar el crecimiento recaudatorio “para iniciar los cambios estructurales necesarios”, “porque sí, sí hay un modelo alternativo de gobernanza y gestión”. Propone reducir las listas de espera con turnos de tarde y contratos de tres años, con incentivos económicos, días libres o desarrollo profesional. Es la medida a la que destina más recursos, 90 millones. En atención primaria, plantea la adscripción inmediata de médicos a los cupos para asegurar que los pacientes dispongan de un equipo estable que los asista; establecer ratios, y mantener la cirugía cardiaca en Basurto, entre otras medidas. En educación, pide 25 millones para luchar contra la segregación e impulsar infraestructuras; plantea adquirir 500 viviendas de protección pública para alquiler, un fondo para complementar las pensiones bajas hasta los 1.080 euros, y negociar con prioridad con el Estado los mecanismos para establecer un salario mínimo, algo que Bildu podría hacer porque su voto era clave para la investidura de Sánchez.
El consejero anticipó antes de la ronda que, en tiempo electoral, sería difícil recabar apoyos, aunque lo dice sin dramatismo, porque PNV y PSE tienen mayoría absoluta y el proyecto verá la luz de todos modos.
Sin optimismo en la consejería
Fuentes de la consejería de Hacienda que dirige Pedro Azpiazu consultadas por este periódico aseguran que el consejero valorará las propuestas e informará esta semana de si decide mantener una segunda ronda de contactos con los grupos o no. En primer lugar, se lo quiere trasladar a los grupos para guardar las formas. En cualquier caso, las fuentes consultadas añaden que ni las formas ni el fondo de la propuesta de Bildu “invitan al optimismo”, porque tiene un “marcado tinte electoral, redundando en sus mensajes de las últimas semanas”, y la coalición les envió la oferta “diez minutos antes de hacerla pública”.