La incertidumbre que ha desatado Donald Trump en la industria y la economía internacional con su amenaza arancelaria ha provocado que, para hacer frente a esta crisis, el buen tono y los llamamientos al consenso se impongan en la comunidad autónoma vasca. Por un lado, cualquier declaración altisonante de la oposición se interpretaría como una falta de responsabilidad. Y, por otro, el Gobierno vasco quiere lograr una respuesta unitaria que dé fuerza a la comunidad autónoma en el mundo. En ese sentido, a pesar de las diferencias que han constatado EH Bildu y Sumar y a pesar del intento de marcar perfil y exhibir su alternativa por parte de Pello Otxandiano, los partidos en general han optado por un tono conciliador en sus reuniones con el lehendakari, y esa actitud ha sido respondida por Imanol Pradales con idéntica diplomacia para no frustrar un posible acuerdo. Tras la ronda de contactos que ha mantenido este lunes con todos los grupos parlamentarios salvo la ultraderecha de Vox para presentarles en mayor detalle su plan de respuesta a la amenaza arancelaria, fuentes de Lehendakaritza vieron la botella medio llena, agradecieron las aportaciones y la implicación de los grupos e incluso añadieron que los partidos han “arrimado el hombro anteponiendo los intereses del país a los propios”. Una declaración que se escucha pocas veces.
“Hoy Euskadi sale ganando. Hemos constatado un importante consenso en torno a la hoja de ruta con la que está trabajando el Grupo para la Defensa Industrial de Euskadi. Analizaremos todas las aportaciones recibidas y las que están por venir. Porque esta ronda no es algo puntual. Responde a una manera de trabajar de este Gobierno. Una manera de trabajar que exige la implicación de todos. Gobierno y oposición”, defendieron. Lehendakaritza añadió que, en el marco del nuevo Plan Industrial, el próximo mes volverán a mantener contactos con los partidos para recibir sus aportaciones.
Como ya es habitual, las formas han vuelto a ser exquisitas y la mano tendida a la cooperación ha sido la tónica general entre los partidos recibidos este lunes por Imanol Pradales en Lehendakaritza. El máximo responsable del Gobierno vasco ha llevado a cabo una ronda de contactos con todos los partidos del Parlamento para presentarles los detalles de su plan de respuesta a la amenaza arancelaria de Donald Trump, y nadie ha querido romper la baraja. Pero, en el fondo, en la letra pequeña, han aflorado los matices y las diferentes realidades.
Por un lado, quien se ha decantado con mayor claridad por mostrar su respaldo ha sido el PP, que rompe así una dinámica de desacuerdos y tensiones con el PNV sobre la revisión fiscal vasca, la devolución de la sede del Gobierno vasco en el exilio en París, o la gestión migratoria. Su presidente en la comunidad autónoma, Javier de Andrés, ha cambiado de registro y se ha mostrado “muy favorable” a respaldar el plan de 2.150 millones de euros de Pradales porque lo ve “adecuado” y “siempre” defenderá los planteamientos de apoyo a la industria.
EH Bildu, por su parte, mantuvo la apuesta por la colaboración y puso en valor que la reunión había resultado útil pero, al mismo tiempo, marcó perfil para proyectar su alternativa: esta ronda de contactos ha llegado poco después de que la coalición solicitara un pleno monográfico en el Parlamento Vasco sobre el modelo socioeconómico, y Pello Otxandiano sigue en esa clave, deslizando que solo se actúa a salto de mata cuando surgen los problemas, como la amenaza de los aranceles, en lugar de plantear respuestas estructurales. Y, en un requiebro con respecto a la finalidad inicial del encuentro, pidió un fondo de inversión para garantizar el acceso a la vivienda de alquiler con el argumento de que, en tiempos de incertidumbre, se puede convertir en un bien refugio como el oro y se pueden disparar aún más los precios. La vivienda es uno de los principales problemas sociales que destacan las encuestas, y EH Bildu ya hizo bandera de él en la negociación presupuestaria fallida.
Además, Otxandiano cuestionó que las ayudas a la industria no sean condicionadas, y ahí coincidió con Sumar, con su parlamentario Jon Hernández, el más nítido a la hora de poner en duda el modelo e incluso el recurso a la deuda pública, aunque parezca contradictorio viniendo de la izquierda. Hernández explicó que, si la revisión fiscal no se ha saldado con cambios de calado para las grandes fortunas, la deuda pública la tendrá que pagar la ciudadanía vasca “a escote”. Añadió que responderá a la apelación a la unidad, pero desde los contenidos: si no los comparte, se mantendrá en la crítica.
Llamamiento jeltzale a la unidad
En cualquier caso, Lehendakaritza y el portavoz del PNV en el Parlamento, Joseba Díez Antxustegi, no quisieron empañar este clima a favor del consenso. A su juicio, es clave que Euskadi pueda proyectar al mundo una voz única y fuerte en este contexto de incertidumbre, y no darán ningún paso que arruine los esfuerzos realizados. Además, el plan lleva de todos modos una amplia mayoría detrás, la mayoría absoluta que suman PNV y PSE en el Gobierno vasco, y quizás podría ampliarse visto lo visto. Díez Antxustegi pidió esa “una voz única y fuerte” y reivindicó el “liderazgo” del lehendakari y la forma en que la comunidad autónoma está haciendo los deberes para garantizar la estabilidad (por ejemplo, con la revisión fiscal acordada con Podemos y el pacto con el Estado para aumentar la capacidad de endeudamiento, además del plan de Pradales). El objetivo del lehendakari, según destacó Antxustegi tras reunirse con él, “es defender los empleos, la empresa vasca y conocer nuevos mercados”.
EH Bildu y la vivienda
El portavoz de EH Bildu en el Parlamento, Pello Otxandiano, comenzó poniendo en valor que la reunión con el lehendakari había sido “positiva y útil”. “Somos y seguiremos siendo firmes defensores del diálogo entre diferentes. Pero no solo cuando hay crisis, también de forma continua. Reaccionar no es suficiente”, dejó caer. Por ello, solicitó “sosiego y capacidad de análisis”, en lugar de reaccionar “de forma coyuntural”. Trasladó al lehendakari los cinco ejes de la posición de EH Bildu: una apuesta por “corresponsabilizarnos” del momento; “abrir nuevos mercados en Latinoamérica, el sudeste asiático y África”; crear “un fondo de inversión para garantizar el derecho a la vivienda, que una parte significativa de nuestras capacidades financieras se destine a promover vivienda pública en alquiler asequible”; y que el lehendakari participe “de forma activa en el pleno monográfico” antes del verano en el Parlamento.
Otxandiano fue especialmente incisivo con la vivienda. “Ahí es donde creemos que la dirección que está tomando el Gobierno es equivocada. Reducir la reserva de suelo público es un error estratégico. Es una contrarreforma”, dijo. La vivienda no era el objetivo central de esta ronda de contactos, aunque Otxandiano planteó el eventual efecto indirecto que podría tener la crisis arancelaria en el precio de los pisos. En este caso, cabe recordar que el Gobierno vasco ya había anunciado que en torno a junio presentaría, por ejemplo, sus líneas de avales para facilitar el acceso a un techo. ¿Y qué es lo que opina Otxandiano sobre el objetivo concreto de la reunión, el plan para hacer frente a los posibles aranceles de Estados Unidos? Cree que presenta algunas deficiencias, como no condicionar las ayudas a la descarbonización o el empleo.
El PP, "muy favorable"
Por parte del PP, Javier de Andrés aseguró que su grupo es “muy favorable” a que las ayudas puedan ver la luz y que el plan es adecuado aunque, si acaso, planteó que dedique la mayor parte de sus esfuerzos a los sectores que más podrían sufrir, como el siderúrgico, el petrolero o el agroalimentario. Añadió que algunas propuestas del lehendakari son “interesantes”, pero no desaprovechó la oportunidad para insistir en que su partido es “crítico” con la gestión de Pradales, al que acusó de no aceptar la realidad de la economía vasca. “Ha llegado a afirmar que el País Vasco está en condiciones de liderar la recuperación tecnológica e industrial de Europa, y eso no es cierto”, sostuvo.
Sumar y la deuda "a escote"
Desde Sumar, Jon Hernández rechazó el gasto militar. El origen de ese gasto habría que buscarlo en el Gobierno español del que forma parte su grupo, pero recurrió a unas declaraciones del lehendakari en las que pidió no ser belicistas ni tampoco ingenuos. Pero, sobre todo, las diferencias concretas radican en que Sumar pone en duda el recurso al endeudamiento porque cree que la pagarán los vascos a "escote" en ausencia de una reforma fiscal profunda, pide que “cualquier apoyo a sectores y empresas afectados por los aranceles esté condicionado al mantenimiento de los puestos de trabajo”, que las ayudas se extiendan a los sectores afectados de manera indirecta y a las comarcas donde se sitúen las empresas, o que se actúe ante el encarecimiento del coste de vida que puede llegar.
El PSE pide colaborar con el Gobierno español
El socio del PNV, el PSE, pidió por boca de Eneko Andueza que se realicen todos los esfuerzos para mejorar la colaboración con el Gobierno español, que va a destinar el 11% de los 14.100 millones del plan de Pedro Sánchez a la comunidad autónoma; y aplaudió el acuerdo de la Comisión del Concierto para que el Gobierno vasco pueda endeudarse en hasta 2.000 millones más. Lanzó un mensaje de “serenidad” ante las fortalezas de Euskadi y el Estado español, pero pidió al lehendakari que no descarte ampliar los 2.150 millones del plan.