Tras ser recibida por primera vez en la sede de la presidencia española de La Moncloa la semana pasada, EH Bildu ha añadido este lunes otra fotografía a su álbum de gestos para homologarse y presentarse como una formación política más y con aspiraciones de gobierno. Aunque en sentido estricto ya existía un precedente y Arnaldo Otegi se reunió con la patronal vasca en 2018, su cabeza de cartel Pello Otxandiano ha mantenido un nuevo encuentro con Confebask en un contexto diferente, donde EH Bildu no aspira únicamente a la normalización, sino a presentarse como una alternativa al PNV con capacidad de interlocución. Pero hasta ahí llegó la noticia porque, más allá de la cordialidad y la normalización, ambas partes constataron la brecha que los separa.
Si Confebask se había destacado estos días por criticar con dureza la revisión fiscal de PNV, PSE y Podemos, y se había negado a participar en la reunión para negociar un salario mínimo vasco, este lunes no se esperaba otra cosa que no fuera una demostración del antagonismo que mantiene con la izquierda abertzale. Para Bildu, esa revisión fiscal se queda corta, e históricamente ha mantenido posiciones de confrontación con la patronal. En una nota exquisita en las formas pero plagada de recados, Confebask informó de que había “aprovechado para recordar a EH Bildu que las empresas vascas son las primeras contribuyentes al estado del bienestar en Euskadi, y que sin su aportación y sin una empresa competitiva, no tendríamos los beneficios sociales y colectivos de los que disfrutamos en la actualidad”.
Sin retrotraerse a la etapa de la violencia, sí parece remitir como mínimo al señalamiento fiscal, al cuestionamiento histórico de la izquierda abertzale de determinados proyectos, o sus críticas sobre la iniciativa privada, que Otxandiano lleva meses tratando de matizar con el argumento de que propone que la iniciativa pública tenga un papel de liderazgo y que, a su juicio, no es muy diferente a lo que plantea el Gobierno vasco con su fondo soberano para la industria. Confebask recibió en su sede de Bilbao a una delegación de EH Bildu encabezada por Otxandiano y en la que también participaron Nerea Kortajarena y Ander Goikoetxea. Los recibieron la presidenta de la patronal, Tamara Yagüe, y su director general, Eduardo Aretxaga. La patronal trasladó su preocupación por la “reforma fiscal, el alza de los costes laborales, el alto nivel de absentismo en la empresa vasca, o los riesgos geopolíticos que ponen en peligro la competitividad de las empresas”. De hecho, estas cuestiones, los costes laborales y el absentismo, son las que considera prioritarias Confebask y las utiliza como argumento para no abrir el melón del salario mínimo. La semana pasada, pedía abordarlo, si acaso, en la mesa de diálogo social.
Otxandiano señala al Gobierno vasco
Confebask redujo este encuentro a uno más dentro de sus rondas periódicas con los partidos. La semana pasada, también se reunió con el recién reelegido líder del PSE, Eneko Andueza. Por parte de EH Bildu, este encuentro se ha presentado como una cita en el marco de la ronda de Otxandiano con los agentes socioeconómicos vascos. Y EH Bildu volvió a toparse con las limitaciones que padece su estrategia de acercamiento a otros agentes.
En declaraciones a la prensa, Otxandiano no ocultó que las posiciones “políticas” de ambas partes “están bastante alejadas en prácticamente todos los ámbitos”, y que Confebask tiene otras prioridades que no pasan por explorar un salario mínimo adaptado al nivel de vida en la comunidad autónoma vasca. A partir de ahí, presionó al Gobierno de Pradales para que “juegue un papel activo como intermediador”, algo que el vicelehendakari segundo, el socialista Mikel Torres, está tratando de hacer desde hace un tiempo. El propio lehendakari Pradales llamó en público a todas las partes a sentarse a negociar, y a abrir todos los debates, también el del absentismo y la siniestralidad. Pero cabe recordar que el salario mínimo solo lo puede fijar por ley el Estado español, y la parte vasca únicamente puede reunir a los agentes, a los sindicatos y la empresa, para que lleguen de manera voluntaria a un compromiso en tal sentido.
“Ha sido una reunión interesante en la que hemos intercambiado posiciones sobre diversos temas. Evidentemente, las posiciones políticas de EH Bildu y Confebask están bastante alejadas en prácticamente todos los ámbitos, pero creemos que es muy importante escuchar y compartir puntos de vista con todos los actores que influyen”, dijo Otxandiano, para añadir que habían hablado sobre “política industrial, el SMI, la fiscalidad y el modelo de desarrollo social y económico que debemos plantear para el país”.
“En lo referente específicamente al SMI vasco, que esta semana será un tema destacado en la agenda pública, reiteramos nuestra postura: el Gobierno vasco debe jugar un papel activo como intermediador en la negociación que deben llevar a cabo los sindicatos vascos y la patronal. Consideramos que, actualmente, el Ejecutivo no está desempeñando ese rol de forma adecuada”, opinó. Puso en valor que hay una “propuesta conjunta” de los sindicatos, que es “muy posibilista”, y Confebask debe sentarse a negociar. “Hemos trasladado a Confebask que este es un tema relevante. No es el único tema dentro del ámbito sociolaboral, pero sí uno importante, y entendemos que hay una oportunidad real de llegar a un acuerdo sobre el SMI vasco. Creemos que la patronal debe asumir su responsabilidad y participar en el diálogo”, dijo.