Con la segunda jornada del debate de investidura, llegó también el turno de intervención de EH Bildu, que acudió con el propósito de presentarse nuevamente como una garantía para que no haya “gobiernos reaccionarios en ninguna parte”. Pero Mertxe Aizpurua tuvo delante a un Alberto Núñez Feijóo que ni siquiera ha tenido en consideración a Bildu durante todas estas semanas, y ayer solo la utilizó para agitar el discurso del pasado de ETA y desgastar a Pedro Sánchez. Feijóo le respondió que no le interesa nada de lo que diga, si no empieza con una condena de ETA, de manera que el debate derivó en una sucesión de acusaciones sobre el “fascismo” de la derecha española, o sobre la necesidad de condenar la violencia y de plantear un cordón sanitario contra la izquierda abertzale, una idea en la que insistió Feijóo condicionado por las propuestas de ilegalización de la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Todo ello, con un aroma electoral, ya sea pensando en una repetición de las generales, o en las autonómicas vascas de primavera.
La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, comenzó su discurso confirmando que su grupo le daría un “no rotundo, sin complejos, al PP y al proyecto del bloque reaccionario”. En ese contexto, aclaró que Bildu no solo rechaza a Feijóo porque va de la mano de Vox, sino que rechaza en general el proyecto del PP. “Niega la existencia de nuestra nación, no respeta nuestra lengua, niega el machismo y la diversidad, los derechos laborales y la precariedad. Por eso usted y su partido rozan la marginalidad en nuestro país, porque Euskal Herria es profundamente antifascista”, dijo. En otro momento de su intervención, aseguró que “el PP sigue siendo el mismo partido del atado y bien atado”, y que “la ciudadanía vasca no tolera su proyecto ni ningún tipo de alianza con el proyecto que representa”.
“Es por esa razón que mantendremos el bloque reaccionario fuera de todas las instituciones en las que tengamos capacidad de decidir, sin ninguna excepción. Nos gustaría que este firme compromiso hubiera sido adoptado por todos los partidos vascos, pero hay quienes priorizan conseguir gobiernos a toda costa”, aseguró, después de que el PP apoyara a cambio de nada al PNV en la Diputación de Gipuzkoa con tal de que no la gobernara la izquierda abertzale.
Aizpurua pidió desatar los nudos de 1978, “el conflicto territorial con las naciones sin Estado, y la supeditación de los grandes poderes económicos frente a los trabajadores”. “Hablamos de una Transición real que pueda asimilar este Estado a una democracia avanzada”, añadió, para pedir una agenda “plurinacional profundamente social” que sonó a condición para Sánchez, ahora que se da por amortizado el intento infructuoso de Feijóo. Planteó el “respeto a la decisión de nuestro pueblo tal como el derecho internacional reconoce”.
Feijóo, por su parte, trató de desgastar al PSOE asegurando que “hay que tener mucho cuajo para pactar con los que no condenan el asesinato de sus compañeros”. “Los votos de Bildu se los dejo a Sánchez, yo no los quiero”, espetó. Si Bildu había defendido su aportación a la subida de las pensiones, Feijóo le respondió que los españoles le tienen que estar “agradecidísimos”, sobre todo los huérfanos y las viudas de ETA. Añadió que Bildu es el único partido al que se debe hacer un cordón sanitario. l