El envejecimiento de la población es una realidad en Euskadi desde hace décadas. Es un fenómeno que se repite en todo Europa y que ponen de manifiesto los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística que indican que, en 2020 el 22,5% de los ciudadanos vascos tenían 65 o más años y se prevé que este porcentaje se mantenga al alza y que en 2060 la población octogenaria en Euskadi duplique a la actual.
Los datos demuestran que es necesario rediseñar las políticas sociales destinadas a los mayores. De hecho, el Gobierno vasco lleva años trabajando en ello, y este viernes ha presentado la nueva Estrategia con las Personas mayores 2021-2024 cuyo objetivo es ir más allá de envejecimiento activo, propiciando que los mayores sean protagonistas del modelo. Para ello, el Gobierno vasco ha elaborado esta estrategia en colaboración con los colectivos de mayores.
El plan busca fomentar la ciudadanía activa, apoyar la autonomía, promover una política de cuidados sociales dirigida a un nuevo modelo de larga duración, así como promover la ‘silver economy’. Todo ello estructurado sobre 11 proyecto tractores, algunos de ellos tan conocidos como betiOn o la Agenda Nagusi.
En definitiva, un cambio de perspectiva en todas las políticas que afectan a los mayores porque como ha destacado la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, "el logro de una vida plena depende en gran medida de la satisfacción de las necesidades básicas de cada persona, desde su diversidad y heterogeneidad, según sus capacidades personales, recursos, limitaciones y cambiantes capacidades".
Envejecimiento de la población
Las políticas sociales deben elaborarse mirando al futuro y la tendencia es clara: la población vasca ha envejecido de forma notable en los últimos cuarenta años. Desde 1975 la esperanza de vida ha aumentado en torno a los diez años en Euskadi hasta situarse en los 80,8 años en el caso de los hombres, y en los 86,6 en el de las mujeres.
El porcentaje de población mayor de 65 años en Euskadi ascendía en 2020 al 22,5% del total, y el 7,1% superaba los 80 años. Las previsiones apuntan a que en las próximas décadas la población octogenaria aumentará de forma muy significativa y se espera que en 2060 el 15,6% de la población tenga más de 80 años, por lo que los octogenarios supondrán más de la mitad de la población mayor ya que el los nacidos durante el baby boom habrán superado esa cohorte, y superaran con creces a la población de más de 65.
Feminización de la población mayor
La Estrategia Vasca con Personas Mayores tiene que tener en cuenta otro factor la feminización de la población más mayor puesto que la esperanza de vida de las mujeres es notablemente más alta y la mortalidad masculina es mayor en todas las franjas de edad.
En definitiva, las políticas sociales tienen que ir encaminadas a acompañar a los mayores de todas las edades atendiendo sus necesidades específicas de cuidados, fomentando el envejecimiento activo y la participación de los mayores en su planificación. Promover la autonomía es otro de las prioridades porque el 80% de los vascos mayores son autónomos.