0 Baldwin Renqueante en el plano físico tras sus problemas en el hombro. Arrancó el duelo a buen nivel, pero se diluyó como un azucarillo. Cuando regresó en el cuarto final tras su buena ración de banquillo, no cambió nada.
1 Giedraitis Sus piques con Slaughter, que le lanzó varios veces el balón al cuerpo de mala manera, terminaron por sacarle de un partido donde mostró pegada y continuidad en tramospuntuales. Pérdidas en momentos fatales.
1 Fontecchio Se le vio cansado y con un punto menos de energía de la habitual en un choque donde anduvo agazapado y adoleció de mordiente en todas las facetas. Muchos minutos de banquillo ante la sorpresa generalizada.
1 Costello Arrancó como un cohete y fue el principal artífice del despegue alavés con su excelsa labor. Perdió su fiereza con el paso de los minutos y sufrió en el epílogo un esguince en el tobillo izquierdo tras pisar a Brussino.
0 Peters Una actuación decepcionante. Más allá de presentar una horrible carta de tiro –ese 0 de 5 desde el 6,75 pesó como una auténtica losa–, se vio superado a nivel físico por todos su pares.
0 Enoch Uno de los señalados por la derrota. Pustovyi le hizo un roto y en ataque tampoco apareció. Su tibieza defensiva volvió a lastrar sus evoluciones y el ucraniano supo hurgar siempre en esa herida.
0 Granger Spahija le concedió la manija en el tercer cuarto pero fue incapaz de poner algo de cordura. Le sobraron varios triples fuera el lugar y no ayudó en nada al equipo a la hora de reducir su ansiedad.
0 Sedekerskis No puede mostrar esa timidez cuando, estando completamente solo en la línea del 6,75, dispone de la oportunidad para lanzar y renuncia. El lituano volvió a ser un jugador intrascendente.
2 Marinkovic Una de las pocas luces que dejó un encuentro decepcionante. Excelso segundo cuarto donde se fue hasta los 10 puntos con dos triples, aunque tras el descanso perdió su eficacia como todos los compañeros.
0 Kurucs Apenas se dejó sentir en su única aparición en la primera mitad. Ni siquiera lanzó a canasta en un partido donde no pudo inyectar su agresividad habitual. Tan solo manchó su estadística con una falta.