“El 30% de los jóvenes normalizan la ciberviolencia de género y no la ven como un delito”

La ciberviolencia de género no es un concepto nuevo, pero sí relativamente reciente y desconocido. La Policía Foral trabaja para darlo a conocer y prevenirlo, como cuenta el inspector Miguel Ruiz Marfany, responsable del Grupo de Delitos Tecnológicos.

¿Qué es la ciberviolencia de género?

–La Ley Foral de Violencia de Género recoge una serie de conductas de violencia contra la mujer que van más allá del concepto de violencia de género que recoge el Código Penal. Por ejemplo, la prostitución y la pornografía no están penadas, pero son violencia hacia las mujeres. También lo son todas aquellas conductas de violencia hacia las mujeres que se realizan a través de las nuevas tecnologías, como el espiar a tu pareja, instalar una aplicación espía, incumplir una orden de comunicación mediante redes sociales... todo esto se ha denominado ciberviolencia asociado a la violencia de género.

¿La legislación española actual es suficiente?

–El Ministerio del Interior hizo un plan contra la cibercriminalidad muy ambicioso. Hace falta un cambio legislativo. El Código Penal está desfasado porque hay muchas conductas que nos parecen delictivas, pero no están contempladas como tales. Por ejemplo, la usurpación de identidad en redes sociales no es delito, ni hacerse pasar por un adolescente... Hace falta una actualización del Código Penal.

¿Y a nivel policial y judicial?

–También hace falta una actualización de las herramientas. Si yo quiero saber quién está detrás de una dirección IP, necesito un mandamiento judicial. Eso ralentiza mucho los procedimientos. El concepto de partido judicial de toda la vida está desfasado. Cuando tenemos al autor de un delito en Navarra, descorchamos champán. No es lo normal, porque normalmente el autor del delito está fuera de España y necesitas herramientas de coordinación internacional. Y sobre todo, judiciales. 

¿Quizá juzgados especializados en ciberdelincuencia?

–Igual que en su día se creó la Audiencia Nacional para temas de terrorismo y narcotráfico internacional, creo que una buena medida sería crear juzgados especializados en temas de cibercriminalidad. Los Mossos ya han creado la primera comisaría virtual, cibernética...

¿Cuál es la situación en Navarra y la participación de la Policía Foral?

–El Plan de Prevención de la Cibercriminalidad de Navarra incide mucho en la prevención, no sólo de ciberviolencias, sino en todos los aspectos. En este sentido, damos charlas educativas, charlas con profesionales, colaboraciones con el INAI... El Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Foral está integrado actualmente por seis personas y está planteado que lleguen a ser diez. 

¿Qué perspectiva ofrecen los datos estadísticos sobre la magnitud de conductas de ciberviolencia?

–Hay dificultad para acceder a los datos. La estadística policial se centraliza en el Ministerio del Interior. Todos los cuerpos de seguridad introducimos los datos en el SEC, Sistema Estadístico de Criminalidad. El problema es que todas estas conductas son nuevas y no están recogidas en el SEC. Algunas también son muy genéricas, por lo que no es posible discriminarlas y saber qué es ciberviolencia y qué no. Cuando se denuncian estas conductas, se denuncian como un paquete dentro de un delito de violencia de género psíquica. Además, la ciberviolencia se denuncia muy poco. 

¿Qué no se denuncia y por qué?

–No se denuncian conductas de violencia de género como espiar el móvil, pedir que envíes la geolocalización... Nosotros hablamos mucho con adolescentes y muchas nos cuentan que su novio les coge el móvil, le mira los mensajes... Y eso no se puede hacer, porque eso es un delito. Hay estudios que indican que el 30% de los jóvenes normalizan la ciberviolencia y no la ven como un delito. Ven normal que tu pareja te mire tu Facebook, tu móvil... Por eso insistimos a las chicas en que se valoren más, en que no aguanten estas conductas. Además de prevenir, también advertimos de la consecuencia de estas acciones, porque son un delito. Y hay una gran cifra negra (hechos que no se denuncian) por la vergüenza, el miedo.. De eso se aprovechan los ciberdelincuentes.

¿Qué se puede hacer para que afloren estas conductas delictivas?

–Cuando damos las charlas, les decimos a las alumnas y los alumnos que nos quedamos un rato después y hay gente que se acerca. También hemos dado charlas en clubes deportivos y les invitamos a que hablen con sus entrenadores, entrenadoras...Les facilitamos un teléfono y un correo electrónico, donde la información que se nos facilita es confidencial.

¿Perciben que está funcionando la prevención?

–Saber si la prevención funciona es muy difícil. Las estadísticas que hay son escasas y no sabemos si se denuncia más porque hay más delitos o porque hay más concienciación. Lo que sí percibimos es que se toman más precauciones. Cuando íbamos a dar una charla a un colegio, mirábamos los perfiles y casi todas las adolescentes los tenían abiertos, públicos. Ahora vas a Instagram y la mayoría los tienen cerrados, privados.