El Ayuntamiento de Irun y la fundación Begirune han elaborado de forma conjunta un estudio sobre migrantes en tránsito. El objetivo del mismo es, en palabras de David Nuño, delegado de Bienestar Social, “visualizar la realidad de estas personas y la necesidad de apoyo institucional”.
Para su realización se ha consultado material bibliográfico, se han recogido datos cuantitativos directamente de Cruz Roja y de Irungo Harrera Sarea, se han realizado entrevistas a personas expertas, así como encuestas a 214 personas migrantes y entrevistas en mayor profundidad a nueve.
Las principales muestras del estudio ponen de manifiesto que la migración en tránsito siempre ha existido en Irun, pero en 2018 se dio una intensificación del flujo. Los volúmenes se mantienen estables desde esas fechas, siendo una cifra aproximada de alrededor de unas 8.000 personas migrantes cuantificadas. En general, las estancias en Irun son cortas y tranquilas, no superando los dos o tres días, ya que lo habitual es que crucen la frontera, si no es a la primera, en un segundo o tercer intento, dependiendo de los controles fronterizos por parte de Francia.
En ocasiones la estancia en la ciudad puede alargarse hasta los seis u ocho días, siendo la mayor preocupación de las personas en tránsito el cruce de la frontera, algo que muchas veces deriva en desesperación y en la elección de rutas de cruce de la frontera más arriesgadas, con consecuencias mortales. Desde 2021, se han contabilizado hasta diez personas fallecidas intentando cruzar la frontera. Entre quienes consiguen llegar al otro lado, muchos se dirigen a Baiona donde existe un último recurso en la ruta migratoria, y a partir de este punto, los flujos se dispersan.
El estudio permite conocer asimismo que la mayoría de migrantes en tránsito son hombres de entre 25 años y 28 años, de países del oeste africano como Mali y Guinea Conakry, y cuyo objetivo es llegar a París. También existe una migración de población magrebí que está infrarrepresentada en las cifras oficiales, debido a su menor uso de recursos por falta de documentación, viajes más largos o uso de redes familiares. Respecto a los datos desagregados por sexo, el 75% son hombres, el 20% mujeres y el 5% niños y niñas acompañados por familiares.
El estudio completo, con sus concusiones, se puede consultar en www.irun.org.