El mundo asiste a cómo se están multiplicando peligrosamente las zoonosis, las enfermedades transmitidas por animales, haciendo temer nuevas pandemias. Patologías tan graves como la viruela del mono, SARS, SROM, ébola, gripe aviar, zika, VIH y también el covid-19. Estas enfermedades se transmiten ya sea por el contacto directo entre humanos y animales, a través de los alimentos o de un vector, como insectos, arañas o ácaros.
De hecho, el Estado español notifica cada año más de 30.000 casos de enfermedades transmitidas de los animales a las personas y se estima que eso supone el 60% de todas las patologías que presentan las personas, según indica la Organización Colegial Veterinaria (OCV).
Las enfermedades de transmisión alimentaria, como la campilobacteriosis o la salmonelosis, son las que registran un mayor número de casos, señala la organización.
La OCV ha compilado los últimos datos anuales disponibles (2022) y concluye que otra de las principales vías de transmisión de las enfermedades zoonósicas es a través de vectores, que suelen ser insectos.
La leishmaniosis, con 297 casos declarados en 2022, es la enfermedad transmitida por vectores más común en el Estado, y su reservorio más conocido es el perro.
Otra enfermedad característica de los países del entorno ibérico es la fiebre exantemática mediterránea, con 200 incidencias: su reservorio habitual son las garrapatas de la familia Ixodidae, y el hospedador habitual es el perro.
En cuanto a la transmisión por contacto directo, durante este último periodo de tiempo ha tenido especial relevancia la incidencia de Ántrax, con varios casos notificados en bóvidos y équidos de Extremadura y Castilla-La Mancha, cuya principal vía de transmisión es a través del contacto con el ganado.
La globalización, los movimientos masivos de personas y animales y el aumento de temperaturas representan un riesgo mayor de incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, según esta organización.
Todo ello sin olvidar la crisis climática porque el calentamiento global está provocando cambios en el comportamiento, la distribución, el movimiento, el alcance y la intensidad de los mosquitos, aves y otros animales que propagan enfermedades infecciosas como el dengue y la malaria a nuevas áreas. Asimismo el comercio ilegal de vida silvestre también aumenta el riesgo de contagio zoonótico que puede desencadenar una pandemia.