Los coletazos de la crisis de 2008, la pandemia y ahora la recesión económica junto a la inflación de los precios debido al pulso que Vladimir Putin le está echando a las democracias de Occidente con la invasión de Ucrania. Con este panorama no es de extrañar que haya más pobres y que se hayan ensanchado las brechas sociales en medio mundo. Y Euskadi no es una excepción, donde las situaciones de exclusión social severa afectan al 9% de la población vasca, así como las de pobreza severa, que afectan al 6,1% de la población, el doble que en 2008. Y todo ello a pesar que ha crecido el Producto Interior Bruto (PIB). Además, se han incrementado las tasas de desigualdad debido a que los ingresos del 20% más pobre crecen en mucha menor medida que los ingresos del 80% restante.
Esta es la situación de partida sobre la que el Gobierno vasco ha asentado el V Plan de Inclusión que será remitido al Parlamento Vasco para su debate y aprobación antes de final de año. Con el se busca “incrementar la eficacia de las prestaciones, reducir la pobreza en el empleo y prevenir las desigualdades en salud”. Así lo avanzó esta mañana la vicelehendakari y consejera vasca de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, durante la II Jornada de Inclusión celebrada en el Palacio Miramar de Donostia, marco que eligió para avanzar algunas pinceladas del nuevo plan. La vicelehendakari y su segundo de abordo al frente de Empleo e Inclusión, Alfonso Gurpegui, se ciñeron a hablar de la filosofía, los objetivos y el proceso de escucha llevado a cabo con el Tercer Sector para elaborar este Plan, pasando de puntillas por medidas concretas incluidas en el mismo.
Ninguna persona descolgada
Durante la presentación del documento, Mendia señaló que el objetivo de la estrategia es que “ningún miembro de la sociedad quede descolgado, no sólo de un mínimo bienestar, sino de las oportunidades de reenganche social y laboral”. En este sentido afirmó que el Gobierno vasco está “volcado” en lograr una Euskadi más cohesionada, tras lo que se refirió a una de las grandes palancas del Ejecutivo para luchar contra la exclusión social, la futura Ley del Sistema Vasco de Garantía de Ingresos e Inclusión pendiente aún de aprobación. En este punto Mendia destacó que la elaboración de la ley ha contado con una “participación máxima en la que no hemos dejado sin escuchar una sola opinión”, y en la que “hemos ido incorporando una gran parte de esas aportaciones recibidas”.
“Porque no nos hemos conformado con construir un modelo más ágil y fácil, ni siquiera con ampliar el campo de personas que merecen tener reconocido el derecho a la renta y mejorar las cuantías que perciben, hemos diseñado un sistema que no sólo sea el mejor refugio, sino también la mejor palanca de inclusión ante todas las incertidumbres presentes y futuras, porque no nos van a abandonar”, aseguró. Y en este sentido la vicelehendakari confió en que los grupos parlamentarios “participen también del consenso que hemos alcanzado con el Tercer Sector”.
DIAGNÓSTICO
9%
Punto de partida: Para la definición del V Plan de Inclusión se ha realizado previamente un diagnóstico de necesidades que ha revelado que desde la elaboración del documento anterior en 2017 han crecido en Euskadi las situaciones de exclusión social severa, que afectan al 9% de la población vasca, así como las de pobreza severa, que afectan al 6,1% de la población, el doble que en 2008, pese al incremento del PIB. Además, se han incrementado las tasas de desigualdad debido a que los ingresos del 20% más pobre crecen en mucha menor medida que los ingresos del 80% restante.
Metas
Objetivos: Entre otros objetivos el Plan busca materializar el derecho subjetivo a la vivienda incrementando el número de personas que residen en viviendas de alquiler de promoción pública, así como el de las que acceden a la prestación económica de vivienda. Se quiere reforzar la capacidad de actuación de los servicios sociales en el ámbito de la exclusión social; prevenir la pobreza energética reduciendo el porcentaje de población que la sufre; y prevenir las desigualdades en salud en cuanto a mortalidad, salud percibida, prevalencia de enfermedades crónicas y estado de salud mental entre territorios con diferentes niveles de renta.
Marco para cinco años
Sobre el Plan de Inclusión comentó que con el “vamos a transitar de un sistema centrado en los servicios, en lo que se puede ofrecer, a un sistema centrado en las personas, en lo que debemos ofrecerles”. Ese va a ser, añadió, el marco estratégico de los próximos cinco años. Por su parte, Gurpegui enumeró alguno de los resultados que se pretenden conseguir mediante la nueva estrategia. Entre ellos, el viceconsejero aludió a la mejora de la eficacia del sistema de prestaciones; reducir las tasas de desempleo, especialmente las vinculadas al desempleo de larga duración; disminuir la pobreza en el empleo y el porcentaje de población con bajos salarios que accede al sistema de estímulos al empleo en el marco de la RGI.
También se persigue reducir el gasto excesivo en vivienda, esto es, el porcentaje de población que debe destinar más del 40% de su renta a gastos de vivienda; y reducir la exclusión residencial grave, el número de personas en la calle, albergues y centros de corta estancia.