El 79 % de los israelíes apoya la creación de una esperada comisión de investigación estatal sobre los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que causaron 1.200 muertos en Israel y 250 secuestrados -97 siguen aún cautivos en la Franja-; mientras que solo un 8 % se opone.
Entre los votantes de los partidos de la actual coalición, la más derechista de la historia de Israel y encabezada por Benjamín Nentayahu, el 65 % respalda tal comisión, y el 15 % se mostró en contra; según un sondeo del Canal 12, el más visto de Israel.
Además, el 64 % dijo no confiar en el Gobierno; el respaldo a Netanyahu se queda en el 38 %; y el 54 % apoya un acuerdo de alto el fuego en Líbano.
Netanyahu se ha opuesto a la creación de una comisión estatal de investigación alegando que sus pesquisas afectarían al curso de la guerra, y que solo debería iniciarse una vez termine el conflicto, que se prolonga desde hace casi 14 meses y ha causado en al Franja más de 44.000 muertos.
El Ejército israelí sí ha abierto su propia investigación interna sobre los fallos que permitieron los ataques del 7 de octubre; aunque sus conclusiones todavía no se han presentado, más allá de una pesquisa sobre un incidente concreto ese día en el kibutz Beeri, donde un ataque del Ejército sobre una vivienda donde creían que se escondían milicianos de Hamás mató a 13 israelíes.
Esta semana el Ejército y el Contralor del Estado acordaron acometer una investigación conjunta sobre los fallos del 7 de octubre, aunque no comenzará hasta el primer trimestre de 2025 para no "desviar la atención de los objetivos de la guerra"; mientras que una comisión independiente, creada por familiares de víctimas y supervivientes, publicará sus conclusiones este martes.
De momento, han dimitido por esos fallos el jefe de la inteligencia militar, Aharon Haliva, el pasado abril, quien admitió su "responsabilidad de mando"; el comandante de la División de Gaza, Avi Rosenfeld; y en septiembre lo hizo Yossi Sariel, comandante de la Unidad 8200 de inteligencia, la más numerosa del Ejército.
Netanyahu no ha admitido su responsabilidad ni ha pedido disculpas, a pesar de que este mes saltó un escándalo sobre los chantajes y las presiones de su jefe de despacho para modificar las actas de reuniones la noche anterior al 7 de octubre, en las que se habrían reportado movimientos extraños dentro del enclave, para minimizar el grado de información que llegó al mandatario.
El primer ministro cesó hace dos semanas al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por sus desavenencias sobre la guerra, y por la insistencia de éste en abrir una comisión estatal de investigación, algo que también ha solicitado la fiscal general, Gali Baharav-Miara, políticos de la oposición y gran parte de la ciudadanía.
"El fracaso de la inteligencia, la falsa noción de disuasión y nuestra flagrante arrogancia nos costaron una vez más el precio pesado y doloroso de muchas vidas segadas", afirmó el presidente israelí, Isaac Herzog, el mes pasado en un homenaje por los caídos en la guerra del Yom Kipur (1973), en el que pidió una investigación "sin demora, a fondo y exhaustiva" de los fallos del 7 de octubre, "como hicimos hace 51 años".