Mediaset ha lanzado recientemente para Mitele Plus el espacio Madres: desde el corazón, donde la periodista Cruz Sánchez de Lara se entrevista con Ana Obregón, Begoña Villacís, María Meneses, Irene Villa, Melanie Olivares y Mayte García, entre otras mujeres que han explorado sus historias vitales. En Madres: voces desde el alma, conoceremos por su parte las historias de mujeres anónimas con hijas e hijos desaparecidos o que han perdido la vida de forma violenta.
Le está yendo muy bien en esta nueva etapa, y está dando voz a las historias de diferentes madres. ¿Cómo se siente?
La verdad es que al principio, cuando me lo propusieron, dije que no, y al día siguiente ya me estaba arrepintiendo porque pensaba que era un formato en el que podía sentirme muy cómoda. Además, me parecía un formato precioso, y a mí no me gusta perder oportunidades de aprender. Ahora estoy muy contenta de haberlo hecho, porque sobre todo creo que lo bueno del programa es que yo no soy protagonista, sino que soy solo una conductora y las protagonistas son las historias de las madres, las madres, que son generosas al contarnos. La verdad es que estoy muy contenta.
Durante la promoción del programa lo describió como televisión responsable.
Sí, lo de responsable la verdad es que fue un adjetivo que se me ocurrió a mí. Todos estamos en el negocio de la atención, y al final eso implica que vamos buscando un impacto. Pero a veces nos equivocamos y esta vida tan rápida en la que vivimos nos hace equivocar el foco, porque el foco está en la emoción de la gente y la gente se emociona escuchando. Al final, es verdad que el consumo de noticias rápidas es algo a lo que la mente se acostumbra, pero cuando te paras, te tomas un rato para escuchar a alguien que ha tenido una experiencia difícil, aprendes y a mí me parece que es algo muy positivo para mucha gente que va a activar esa empatía que nos viene tan bien a todos.
Es inevitable emocionarse con sus relatos, ¿verdad?
Claro. Yo hay veces que tengo la cara desencajada porque al final estás escuchando y es una historia muy fuerte, dramática... Yo he llorado, como creo que va a llorar mucha gente, y también me he reído. Pero he llorado más de lo que me he reído, la verdad.
Nos presenta dos formatos distintos. Ambos nos van encoger el corazón, pero ¿cuál diría que ha sido el que más le ha marcado?
No me pidas que elija entre todos mis niños (risas). A mí me impresionó mucho el testimonio de Justina, cuando dijo que ha conseguido volver a ser feliz después de tantos años tras el asesinato de su hija, o cuando Teresa me contó que se sentó a hablar con una persona del grupo del asesino de su hija a preguntarle dónde estaba el cuerpo. O cómo Irene Villa, si tuviera que cambiar un día de su vida, cambiaría el día del aborto y no el del atentado. Creo que hay muchas lecciones de vida en pequeños mensajes, y eso me hace muy difícil decirte uno, porque creo que de todas he aprendido algo.
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¿Cuesta no llevarse el trabajo a casa?
Yo he sido abogada durante 25 años, y es verdad que igual que tengo menos trabajado el plató, el micro y la cámara, esa parte la llevo mejor, porque cuando eres abogada acompañas a la gente en los peores procesos de su vida, y yo desde hace casi 30 años esa parte la tengo más fácil. Me parecía más complicado compatibilizar la escucha y la intimidad con la cámara. Y tampoco quiero abandonar estas historias. Quiero llevarme estas doce historias conmigo el resto de mi vida para acordarme de que la vida no es tan bonita como se nos presenta.
La maternidad es también un aprendizaje constante. Usted habrá aprendido muchas cosas también de estas madres.
Sobre todo a relativizar, porque en la vida nos encontramos con personas que hacen de las complicaciones un problema, y cuando mides las complicaciones de tu vida diaria con problemas de este tipo te das cuenta de que no tienes derecho a quejarte de nada. Pero es verdad que cuando me preguntan si este es un programa para madres, digo que este es un programa también para hijos, porque creo que todo el mundo ve, en una madre que sufre o se preocupa por sus hijos, a su madre. Ese vínculo está presente; las personas que han tenido madres buenas, la mayoría, estamos agradecidos por la generosidad que han tenido con nosotros.

Cruz Sánchez de Lara.
Hoy, que nos encontramos en pleno ocho de marzo, ¿le gustaría lanzarle un mensaje a la sociedad?
El 8 de marzo no puede ser un campo de batalla. Tiene que ser una plaza de celebración, porque mientras más iguales seamos, mientras más igualdad de derechos y oportunidades tengamos las mujeres y los hombres, mucho más felices seremos.
Si mira al futuro, ¿con qué se encuentra?
Estoy escribiendo un libro que me está costando muchísimo y lo sacaré el año que viene. Es una novela histórica sobre la intervención española en la independencia de Estados Unidos, algo muy complejo. Y sigo haciendo cosas, la comunidad de Magas, el TOP 100, y si estos programas van bien, espero que haya una segunda temporada.