Más de 7.500 personas mayores en Euskadi sufren disfagia, enfermedad que imposibilita tragar o deglutir alimentos líquidos o sólidos que afecta también a más de la mitad de las personas que han sufrido ictus, más de 3.000 cada año en Euskadi. Además, el 90% de ellos no está diagnosticada ni tratada, aseguró ayer el Colegio de Logopedas del País Vasco.
En el marco de la celebración, el próximo lunes, del Día Mundial de la Disfagia, Antonio Clemente, presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco, recordó que la disfagia “está codificada como una patología digestiva” por la Organización Mundial de la Salud, pero aún no se registra de forma rutinaria ni en hospitales, ni en atención primaria, ni en residencias de personas mayores, ni se aborda de una manera protocolizada en la mayor parte de los casos”.
Aunque no se dispone de una información detallada, se estima que la disfagia afecta, al menos, al 40% de las personas mayores que viven en residencias y a más del 50% de las personas que tienen daño cerebral adquirido, bien sea éste producido por un ictus o por traumatismo craneoencefálico. Estos porcentajes arrojan unas cifras estimadas de más de 7.500 personas mayores en Euskadi con este problema y más de 1.500 casos nuevos de disfagia cada año por afectación cerebral en la CAV.
En lo relativo al ictus, Clemente lamentó que “la escasez de logopedas en el sistema sanitario, público y privado, y sociosanitario, junto con la falta de información generalizada sobre la posibilidad de rehabilitación logopédica cuando esta es necesaria, hacen que muchas personas que han sufrido un ictus vean mermadas sus posibilidades de recuperación, su calidad de vida y su salud”. Si bien recordó, que los afectados pueden solicitar rehabilitación con un logopeda.