Además de una jornada de reivindicación, el Aberri Eguna del PNV volverá a ser una exhibición de músculo y movilización. La secretaria del EBB, Mireia Zarate, desgranó ayer algunas cifras sobre los preparativos para este domingo: un escenario de 180 metros cuadrados que acogerá a 80 jeltzales, una carpa de 300 metros cuadrados para el acto, 1.000 sillas para presenciar el mitin, 90.000 vatios de luz y sonido, y una comida en El Arenal a partir de las 14.30 horas bajo una carpa de 200 metros cuadrados en la que comerán 900 personas de todas las organizaciones municipales. Zarate añadió que habrá una txosna y servicios para los asistentes, todo ello facilitado por el trabajo de 50 voluntarios.
El acto arrancará a las 11.30 horas del domingo en la Plaza Nueva de Bilbao, y tomarán la palabra el lehendakari Urkullu y el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar. Este acto político se produce además tras la reciente convocatoria formal de las elecciones municipales y forales del 28 de mayo, con las Juntas Generales ya disueltas y con los partidos volcados en explicar su proyecto a la ciudadanía. El PNV se fija como reto combatir la abstención y desmarcarse del ruido de Madrid, con una campaña en clave vasca que no se interprete como la primera vuelta dentro de la batalla de las elecciones generales de diciembre.