El abogado defensor del actor Luis Lorenzo y su pareja, Arancha P.F., investigados por envenenar presuntamente a la tía de ésta para cobrar su herencia, ha asegurado que ambos se llevaron a la anciana desde Asturias hasta su residencia de Madrid porque se preocupaban por ella y querían que estuviera atendida.
El letrado, Francisco López Platas, ha rechazado, en declaraciones a la Televisión del Principado de Asturias, que la mujer estuviera incomunicada durante su estancia en Madrid, donde falleció el pasado mes de junio a los 85 años.
De hecho, ha asegurado que va a poder acreditar que durante los meses que pasó en la casa de Luis y Arancha hubo "tráfico de llamadas" entre la anciana y sus familiares residentes en Asturias.
La defensa de Luis Lorenzo y su pareja también prepara pruebas encaminadas a demostrar que ambos se preocupaban de que la anciana estuviera "bien atendida, que tuviera los mejores médicos y especialistas y que acudiera a todas las consultas".
López Platas también ha incidido en que habrá que ver cuál de las dos autopsias es la errónea, la primera que concluía muerte natural, o la segunda realizada tiempo después y que establecía la muerte por envenenamiento por cadmio y manganeso porque no se puede "dar credibilidad a un informe en contra de otro".
El letrado ha cuestionado las pruebas que incriminan al actor y sostiene que pudo existir una contaminación anterior de la fallecida por otros factores como por ejemplo el consumo habitual de pescado con mercurio o inhalar aire de una zona contaminada.
El abogado Francisco Pérez llevará la defensa conjunta de los dos acusados, quienes estarían sorprendidos con el resultado de la segunda autopsia que se practicó a la fallecida al detectarse la presencia de altos niveles de metales pesados como el manganeso. Este metal pesado estaría presente en baterías, pilas y catalizadores de vehículos, entre otros objetos.
En declaraciones a Europa Press y 'Telecinco', recogidas por Europa Press, el letrado ha defendido que sus clientes no tienen nada que ocultar y ha destacado que se consideran inocentes, sin darse explicación a la presencia de esos metales en el cadáver de la tía política del actor.
"No sabemos qué niveles hay de esos metales, si es la causa última de la muerte y si esos metales son compatibles con un consumo habitual. Puedo haber una contaminación anterior. Tenemos que cuestionarnos cosas y si la cadena de custodia se realizó conforme a derecho", ha subrayado.
En cualquier caso, ha considerado que los sospechosos, "de ser causantes de un envenenamiento hubieran procedido a la incineración" porque "es lo que hubiera hecho alguien que hubiera cometido ese tipo de delito" para hacer desaparecer las pruebas.
Luis Lorenzo, conocido por sus papeles en series como "La que se avecina" o "El comisario", y su mujer, residentes en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, fueron detenidos la semana pasada por la Guardia Civil, que llevaba meses investigando.
Tras pasar el viernes a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Arganda del Rey, la magistrada les dejó en libertad provisional con la prohibición de abandonar el país y de presentarse en el juzgado semanalmente al estar investigados por un delito de homicidio por envenenamiento sostenido en el tiempo.
La investigación de la Guardia Civil tiene el origen en la denuncia interpuesta por el hermano de la víctima, lo que motivó que se realizara una segunda autopsia.
La mujer era viuda, residía en la localidad asturiana de Las Regueras, y de vez en cuando visitaba a su sobrina y al actor en su domicilio de la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid, donde falleció en junio.
De la primera autopsia se concluyó que Isabel S.A. falleció por causas naturales, pero tras la denuncia del hermano, un segunda autopsia reveló que en su cuerpo había un gran contenido de sustancias que le causaron el fallecimiento por envenenamiento, según apuntó el pasado viernes la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González.
Según las primeras pesquisas, el actor y su novia pudieron suministrarle esas sustancias con el objetivo de quedarse con la herencia de la octogenaria.