El viejo atunero reconvertido en buque de salvamento, Aita Mari, se prepara para su novena misión. Durante el verano ha realizado una varada especial en el puerto de Burriana, en Castellón, para poner a punto tanto el casco como la hélice y eje de la cola, unos trabajos de puesta a punto que ha servido a la tripulación para superar una de las últimas inspecciones necesarias antes de partir.
En Gipuzkoako Kale Nagusia de Onda Vasca hablábamos con el presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, Iñigo Mijangos, a quien preguntábamos por el nuevo gobierno de Italia, todavía más derechista, tras el nombramiento de Giorgia Meloni, y nos decía que el miedo que sienten es relativa ya que su tarea es legal aunque conocen bien de cerca qué es tener que esperar a puerto seguro más de ocho días, algo inhumano y de gran riesgo para la tripulación. Junto con Mijangos ha estado también Xabier Legarreta, el Director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco, quien ha mostrado su apoyo a la tripulación y ha explicado cuál es el procedimiento a seguir en caso de que el Aita Mari requiera puerto seguro y no se lo ofrezcan.
En este contexto y con cada vez más migrantes que se disponen a cruzar el mediterráneo desde Libia o Argelia, el antiguo atunero espera salir a la mar el próximo fin de semana rumbo a Menorca y después se dirigirán a la costa italiana en una misión marcada por la incertidumbre política y por el incremento de la necesidad de ayuda humanitaria.