Las txapelas rojas, los sones de los txilibitos y el tronar de redobles y parches han vuelto a llenar las calles de Irun tras dos años de ausencia. Con puntualidad británica, el cabo de hacheros, Juan José Martínez, ha dado comienzo a las 7:40 horas al recorrido tradicional que han seguido más de 7.000 soldados con las aceras a rebosar con un invitado especial: la lluvia, que no ha querido perderse el día grande de los irundarras.
El día de San Marcial, que este año conmemora además el 500º aniversario de la histórica batalla, ha arrancado con cientos de personas congregadas en la plaza de San Juan para vibrar al son de la Diana de Villarrobledo, interpretada por la Banda de Música, y la Diana de la Tamborrada. Dos horas antes, a las 4:00 horas, la Alborada sonaba en diferentes puntos de la ciudad anticipando la fiesta que estaba por llegar.
40Han sido horas de espera en las que decenas de jóvenes han hecho noche en las aceras tras dos años sin fiestas. Unas horas en las que a centenares de personas poco les ha importado el frío y la lluvia con tal de ver en primera fila el alarde. Precisamente el agua que caía del cielo ha dejado el firme algo peligroso, sobre todo en alcantarillas y arquetas metálicas, lo que ha provocado algunas caídas en la bajada a la iglesia de Nuestra Señora del Juncal. Para entonces, el general, Paco Carrillo, se ha incorporado al frente de las tropas para después reunir a los capitanes de las compañías, la recogida de la bandera de la Ciudad por parte de la compañía Bidasoa y las tres descargas de rigor.
San Marcial vuelve a brillar y a llenar de música y color las calles de Irun.