La sonrojante derrota por 5-2 en el Estadio de la Cerámica se quedó incluso corta por lo visto sobre el terreno de juego, donde el Villarreal fue protagonista tanto por su dominio devastador como por los errores que permitieron a un sumiso Alavés llegar a empatar el choque.
Calleja sorprendió de inicio con un once con varias sorpresas como el ingreso de Javi López, Pina y Sylla para regresar al tradicional 4-4-2, dejando en el banquillo a piezas que han contado con más protagonismo a lo largo de este curso como Duarte, Moya, Manu García, Edgar o Pellistri. No funcionó bien la estrategia, y la idea de mantenerse sólidos atrás y buscar el contraataque, ya que al cuarto de hora de juego, tras un arranque dominador del Villarreal, el cuadro local ya estaba por delante en el marcador.
Chukwueze, que se encontró con un caramelo por su banda con el marcaje de Javi López, hizo lo que quiso con el joven lateral canario durante el tiempo que coincidieron en el césped y en uno de sus desbordes generó la jugada del gol. El extremo cedió para Parejo, que, en una preciosa doble pared con Gerard Moreno, dejó a la zaga babazorra en evidencia y al delantero solo en el punto de penalti, Con un golpeo milimétrico, el siete la puso en el ángulo izquierdo de la portería de Pacheco en una jugada que a buen seguro se colará entre los mejores goles de la temporada en Primera.
Con el resultado a favor, el paseo fue mucho más plácido para el Villarreal ante un derrotado Alavés, que parecía por momentos ondear la bandera blanca y volvió a mostrar la versión insegura y sin ideas de principios de temporada, con el balón largo en busca de Sylla y Joselu y el balón parado como únicos recursos para acercarse a la meta defendida por Rulli.
Así las cosas, era cuestión de tiempo que llegara el segundo tanto de los de Emery, y lo encontraron con otra sencilla pared, esta vez entre Trigueros y Dia, que dejó con excesiva facilidad al segundo solo contra Pacheco, al que superó colocando el balón con el interior al palo largo.
EMPATE INESPERADO
Con el 2-0, el partido parecía sentenciado, no tanto por el resultado como por las sensaciones sobre el terreno de juego, pero el Alavés se encontró con un gol justo antes del descanso, en su única ocasión clara de la primera parte, que mantenía viva la esperanza de cara a la segunda parte. Javi López pisó línea de fondo y su centró lo ganó Joselu por arriba, dejando el balón atrás para que Pons, encimado por tres defensas, la colocara de volea con la zurda al lado contrario de Rulli, impidiendo la reacción del argentino por su poca visión.
El Alavés tenía la oportunidad de meter presión al submarino amarillo y, aunque el esférico siguió bajo el control local, los gasteiztarras lograron al menos asomarse por el área contraria y dificultar la salida de balón del Villarreal. Pons avisó con un remate de cabeza a centro de Sylla, advertencia a la que no hicieron caso los de Emery, que regalaron el empate con un error descomunal de Pau Torres. El central internacional se arriesgó en un saque de falta cerca del área propia con un pase a Albiol, y Joselu, que estaba entre los dos, cortó el envío y, con Rulli fuera de posición, empujó al fondo de las mallas.
Sin saber cómo, el Glorioso se encontró con el marcador en tablas y la oportunidad de llevarse un punto de oro del Estadio de la Cerámica, pero los de Calleja no fueron capaces de aprovecharla. Emery introdujo cambios de refresco, el Alavés dio un paso atrás y el submarino se convirtió en un bombardero. Dia devolvió al Villarreal la ventaja diez minutos después en un mano a mano con Pacheco a pase de Parejo, Pino sentenció en una jugada a trompicones de Pedraza por la banda izquierda y Gerard Moreno se encargó de poner la guinda y completar la goleada. Tres goles en veinte minutos que sacaron a relucir las carencias de un Deportivo Alavés muy inferior durante todo el partido y que solo logró reengancharse por errores del rival.
Los albiazules terminaron pidiendo la hora y cierran el año en descenso, muchas dudas y una única certeza: hacen falta refuerzos en invierno.