Una derrota siempre es negativa, pero lo es aún más cuando no se puede hacer nada para evitarla. Este es el caso del Deportivo Alavés, que, desde que ha saltado al césped del Estadio de Vallecas, se ha visto ampliamente superado por un Rayo mucho más intenso, veloz y, sobre todo, consciente de cómo llevar el partido a su terreno. Algo a lo que los pupilos de Javi Calleja no han sabido responder y que, tal y como se esperaba, han aprovechado los madrileños para marcar dos goles a su favor por ninguno de los babazorros.
Y todo ello, a pesar de que el planteamiento inicial de los vitorianos no ha sido malo. Porque los albiazules se han plantado en el feudo rayista con la idea de ralentizar el juego de los locales, lo cual siempre es una buena opción para dificultar las ofensivas vertiginosas, y también aprovechar los errores que pudiesen cometer en la circulación de balón. Sin embargo, Iraola seguramente esperaba una puesta en escena así de los gasteiztarras y, como si de un castillo de naipes se tratara, el Glorioso se ha caído nada más recibir el primer soplido de los franjirrojos.
Ese golpe de aire ha llegado en el minuto 18, cuando Álvaro García, en un claro A, B y C del fútbol, ha recibido el balón en la banda izquierda y le ha servido el tanto a Guardiola con un potente pase raso al área pequeña que no ha desaprovechado el delantero mallorquín (1-0). Previamente, sobre el cuarto de hora, el Alavés ha tenido su mejor –y única– ocasión de la primera mitad en las botas de Rioja, que casi sorprende a Dimitrievski con un zurdazo lejano.
Una vez estrenado el marcador, el Rayo ha encontrado más facilidades para elaborar su estilo, pero su segunda diana se ha producido a balón parado. Catena, de cabeza, ha superado por alto a toda la zaga babazorra en la salida de un córner y, a falta de 20 minutos para llegar al descanso, ha ampliado la ventaja de los locales, quienes han seguido maniatando al conjunto vitoriano. Y es que ahí no ha acabado el sufrimiento, pues, poco antes del pitido de Mateu Lahoz, Álvaro García ha podido sentenciar el duelo en una acción individual que ha terminado con un disparo al palo.
Tras el paso por los vestuarios, la escuadra alavesista ha intentado meterse en el partido y, para ello, Calleja ha introducido primero a Edgar, que ha sustituido a Toni Moya; y, más tarde, a Tirlea, Manu García, Pellistri y Sylla por Martín, Pere Pons, Rioja y De la Fuente. Sin embargo, los cambios no han surtido ningún efecto –siguiendo así la tónica de las últimas jornadas– y los madrileños han mantenido su superioridad tanto en juego como en ocasiones.
En ese momento, ha tenido que aparecer la figura de Fernando Pacheco. Tal y como hizo Sivera frente al Linares en Copa, el guardameta pacense ha estado acertado en la recta final de la segunda mitad y con sus intervenciones ha evitado un resultado más amplio para los de Iraola. En especial, en una llegada de Fran García, cuyo fusil se ha encontrado con los guantes del extremeño.
El Alavés, por su parte, solo ha podido recortar distancias en un remate lejano de Edgar que se ha marchado desviado por muy poco. En este sentido, ha sido cuando menos curioso que las mejores oportunidades de los albiazules hayan llegado mediante lanzamientos desde fuera del área teniendo en cuenta que, hasta ahora, esta vía había sido muy residual para los pupilos de Javi Calleja.