La Copa de la Liga Endesa, que vivirá mañana su pistoletazo de salida, contará en la presente edición con el gran aliciente de tener asegurado que la habitual final Real Madrid-Barça que la ha convertido en un evento predecible no podrá tener lugar en esta ocasión, ya que ambos figuran en el mismo lado del cuadro de competición. Y es que blancos y azulgranas han protagonizado el partido que pone el título en juego en nueve de las últimas trece ediciones, por lo que el sorteo de emparejamientos ha abierto de par en par el camino a la final a cuatro conjuntos (Lenovo Tenerife, Gran Canaria, Joventut y Cazoo Baskonia) al apartar de su camino a los gigantes futbolísticos. Por contra, el Valencia Basket de Álex Mumbrú y el Unicaja de Ibon Navarro tendrán respectivamente las durísimas piedras de toque de los de Chus Mateo y los de Sarunas Jasikevicius, respectivamente, en los duelos de cuartos de final de hoy, aunque parecen capacitados para hacerles pagar el más mínimo descuido.
Seis de los ocho equipos que comparecerán en Badalona para luchar por este trofeo, todos salvo los canarios, saben ya lo que es ganar esta competición, con el Barça optando a igualar los 28 títulos que tiene el Real Madrid en sus vitrinas. Y todos cuentan con motivos para soñar con el éxito, aunque los argumentos a poner sobre la mesa no tengan el mismo peso en todos los casos.
Azulgranas y blancos esgrimen el potencial de sus respectivas plantillas y su condición de colíderes de la Liga Endesa, mientras que por el otro lado del cuadro asoma con colmillo afilado el Cazoo Baskonia de Joan Peñarroya, que ve la oportunidad de regresar a una final que no disputa desde 2009, año en el que levantó el trofeo en Madrid. Su brutal potencial anotador le convierte en un rival temible para cualquiera, aunque su primera piedra de toque será peligrosa, pues el anfitrión, el Joventut de Carles Duran, no acostumbra a amilanarse.
El vencedor se cruzará en semifinales con el ganador del derbi insular, con el Gran Canaria revitalizado tras un pequeño bache y los de Txus Vidorreta siempre revoltosos y con la vitola de recientes vencedores de la Copa Intercontinental.