La maestra y pedagoga Nélida Zaitegi ha sido una pionera en la implementación de programas innovadores que promuevan la convivencia positiva y la resolución de conflictos en los centros educativos. Su compromiso con la educación en valores, la coeducación y la participación activa del alumnado la ha convertido en una referente dentro del ámbito pedagógico.
Antigua presidenta del Consejo Escolar de Euskadi y responsable de programas clave en el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, su impulso para combatir el acoso escolar y fomentar un entorno de aprendizaje seguro ha marcado un antes y un después en el ámbito educativo.
¿Cuál es el papel de la escuela en la construcción de una sociedad más justa y más humana?
La escuela es el reflejo de la sociedad, que se enfrenta a problemas como la violencia, las adicciones y las redes sociales. No podemos cargarle con todo el peso de la educación; debe ser una responsabilidad compartida con las familias, los medios de comunicación y las políticas públicas. La escuela debe formar personas críticas, conscientes de su entorno y capacitadas para transformar el mundo. Además, debe enseñar a cuidarse y a cuidar a los demás, promoviendo el bienestar socioemocional, lo cual incrementa el éxito académico.
¿Cómo pueden coordinarse estos tres actores para formar jóvenes que tengan valores y pensamiento crítico?
Vivimos en una era de información superficial, donde hay personas que se creen cualquier cosa sin cuestionarla. Es necesario enseñar a los jóvenes a pensar, a identificar de dónde proviene la información y a saber en quién confiar.
¿De qué manera se consigue eso?
Necesitamos un nuevo contrato educativo basado en el bienestar de las personas y en su desarrollo. Es fundamental poner en marcha políticas inclusivas y equitativas que se evalúen continuamente. Los centros educativos deben tener proyectos serios y participativos que impliquen a la comunidad y fomenten la transparencia. Hay que promover el aprendizaje socioemocional y el trabajo en equipo.
“ Necesitamos un nuevo paradigma educativo basado en el bienestar humano y la ética del cuidado ”
¿Cómo calificaría la situación actual de nuestra educación?
Vivimos en una de las mejores etapas educativas, aunque todavía hay aspectos que mejorar para avanzar hacia una sociedad más justa y sostenible. Sin embargo, el ritmo acelerado de los cambios exige que la educación sea dinámica y flexible. Los paradigmas actuales, como el éxito individual y el poder, ya no sirven; necesitamos un nuevo paradigma centrado en el bienestar humano y la ética del cuidado. Es esencial enseñar a los jóvenes a entender y transformar el mundo que habitan.
El informe PISA no ha dejado a Euskal Herria en buen lugar los últimos años. ¿Estamos lejos respecto a otras regiones?
No creo que estemos tan distantes. Los estudios internacionales no siempre reflejan la realidad de la educación. A veces se centran en aspectos como las matemáticas y las ciencias, pero hay mucho más en juego, como la equidad y la inclusión, que son esenciales para el progreso de una sociedad. Cada país tiene sus fortalezas y limitaciones; no debemos idealizar ningún sistema educativo en particular.
¿Cómo definiría la convivencia en los centros educativos hoy en día? ¿Han aumentado los casos de acoso escolar o se les da más visibilidad que antes?
La convivencia no es mala. Hay una tendencia a magnificar los problemas. Si bien es cierto que existen algunos casos de acoso, debemos distinguir entre conflictos y acoso real. Una pelea o un conflicto no son acoso. El acoso implica el deseo de hacer daño y tiene que ser sistemático y continuado en el tiempo. Eso se da en pocos casos.
“ Cada país tiene sus fortalezas y limitaciones; no debemos idealizar ningún sistema educativo ”
¿Cómo se pueden prevenir los casos de acoso escolar desde la educación?
La ética del cuidado es fundamental en este sentido. Para prevenir el acoso hay que desarrollar un currículum socioemocional, enseñando a los alumnos a conocerse, cuidarse y respetarse. Si aprenden a cuidar de sí mismos y de los demás, el acoso desaparecerá y la escuela se convertirá un espacio más seguro. La comunidad educativa debe apoyar a quienes más lo necesiten, asegurándose de que todos se sientan valorados y respetados.
¿Sirve de algo castigar a los acosadores?
El acoso no hay que tratarlo de forma punitiva, sino restaurativa. Hay que ver cómo resolvemos este problema de manera que todos aprendamos y nos cuidemos más.