El año pasado se notificaron un total de 588 agresiones a profesionales del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O) –un 19,5% más que las registradas en 2021, cuando hubo 492– y de ellas el 78,2% eran verbales, según los datos del servicio de Prevención de Riesgos Laborales .
Concretamente, en 2022 hubo 128 agresiones físicas –24 más que el ejercicio anterior– y 460 agresiones verbales –72 más que el año anterior–. Así, según han apuntado desde el departamento, el incremento interanual se explica sobre todo por la subida de agresiones no físicas o verbales y más de la mitad –239– fueron en ámbitos como admisión, puntos de información, teléfonos o redes sociales.
En cuanto a los protagonistas de las agresiones, 452 fueron acometidas por pacientes –el 76,9%– y 136 –el 23,1%–, por familiares o acompañantes. En relación a los motivos alegados, 156 estaban relacionadas con la atención recibida por el usuario; 189, con el propio acto sanitario o administrativo; y 162, con causas ajenas al sistema.
Según el servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Osasunbidea, nueve de los profesionales agredidos precisaron baja médica, las cuales oscilaron entre uno y 31 días.
Salud potencia la notificación
Desde el departamento, han explicado que en esta estadística hay que contemplar el factor de la potenciación de la notificación impulsada desde Osasunbidea para evitar la “infradeclaración” y aflorar unas situaciones que, desde el departamento, han rechazado “de forma absoluta”. Asimismo, continúan con la labor de desarrollo de medidas de carácter preventivo, tanto de prevención primaria, como secundaria y terciaria.
Respecto a la prevención primaria, han indicado que las acciones se enfocan a evitar agresiones a su personal (medidas estructurales, organizativas, de adquisición de habilidades conductuales y de comunicación) mediante un amplio abanico de cursos de formación. En este sentido, se mantiene el despliegue del sistema de alarma mediante botón de seguridad en el ordenador de sobremesa en toda la red de Atención Primaria y Salud Mental, así como en los servicios más expuestos de la hospitalaria, y sigue la coordinación establecida con el Interlocutor Policial Sanitario (IPS) de Policía Foral, para funciones de asesoramiento y adopción de medidas con la mayor inmediatez, que incluyen su presencia preventiva.
La prevención secundaria, por otro lado, se dirige a que “la agresión cause el menor daño posible (cursos de autoprotección) y a que dicho daño quede documentado y vinculado a la contingencia profesional”. Para ello, desde el servicio de Prevención de Riesgos Laborales del SNS-O contactan con las personas agredidas para ofrecer apoyo psicológico y legal.
Y, finalmente, en cuanto a la prevención terciaria, dirigida a restaurar el daño causado a los profesionales sanitarios, continúa el trabajo con Mutua para dar atención específica, sobre todo en situaciones de baja.
POR ESTAMENTOS
- Un 10% de la plantilla de administrativos notificó una agresión, la mayoría verbales. El estamento con más notificaciones respecto al total de su plantilla es el “personal administrativo”, ya que un 10,2% de la plantilla notificó una agresión, aunque el 98% de ellas verbales.
- La proporción de agresiones físicas a TCAES es mayor. Los siguientes en incidencia, según los datos de Osasunbidea, fueron los TCAES (el 5,7% de la plantilla notificó agresiones, con más de la mitad físicas) y el personal médico (el 5,3%, aunque también aquí un 95% son verbales).
- Una de cada cuatro agresiones a personal de Enfermería es física. A continuación, se sitúa la Enfermería (el 4,2% notificó una agresión, siendo el 24% de los ataques físicos). En los últimos puestos en proporción a sus respectivas plantillas, estuvieron los celadores (2,3%) y otro personal no sanitario (0,8%).
- Botón de seguridad. Actualmente se está mejorando la plataforma del sistema de alarma mediante botón de seguridad en el ordenador de sobremesa para facilitar su manejo y gestión.
- El 1% de la plantilla de Salud recibió una agresión física. La plantilla de Salud supera las 12.000 personas, por lo que un 1% fueron objeto de una agresión física y un 3,6 %, verbal.