Tres orquídeas, Vika y El Viaje son los tres spots que conforman las historias extraordinarias de la Lotería de Navidad de 2022. Historias llenas de ilusión donde abunda la magia, la esperanza y la honestidad, pero que no dejan de ser ficción. Sin embargo, la honradez de la dueña de un bar de Durango ha hecho realidad cualquier anuncio navideño. Y es que esta historia cuenta con argumentos suficientes como para poder recrear un cuarto trailer de la lotería navideña. La honradez de una mujer trabajadora que en plena crisis sanitaria decidió tomar las riendas de un bar en el que lleva trabajando más de una década; un sobre perdido desde hace varias semanas que contiene siete décimos para el esperado sorteo del 22 de diciembre y el disgusto de una persona que no sabe dónde ha podido perder esa lotería que ni siquiera era suya. “Perdí siete décimos de Lotería de Navidad, cinco de un número y otros dos de otro número, que me había encargado una excompañera de trabajo y cuando el miércoles fui a denunciar los hechos ante la Ertzaintza me confirmaron que una persona los había entregado días atrás. Lo que ha hecho Cristina es un gesto de honradez que agradezco muchísimo, que merece la pena compartir y que no voy a olvidar”, contó la abadiñarra, afincada en Durango, Bego Ciarsolo.
Fue precisamente Cristina Balau, dueña y trabajadora del Lupetza, quien entregó el sobre que apareció tirado en el suelo de su bar. “No os podéis imaginar todas las cosas que la gente puede olvidar en un bar. Carteras, móviles, llaves, bolsos, paraguas, ropa… ¡Hasta la consumición muchas veces! Y ese día en particular recuerdo que una clienta se olvidó en la barra una botella de agua que había pedido y se marchó. Salí a la calle a buscarle y me fijé que en el suelo había un sobre, no sabía si era suyo o si ya estaba allí de antes, pero al abrir vi que había varios décimos de lotería. Pregunté a los clientes habituales sin decirles exactamente lo que había encontrado, esperé durante unos días por si alguien venía a reclamar, pero al no hacerlo decidí entregarlo en la Ertzaintza. No era mío y estaba claro que era para compartir porque eran muchos décimos”, relató Cristina.
Sin dar demasiada importancia al gesto que tuvo, en la propia comisaria le dijeron que “no era muy habitual que la gente entregara estas cosas, sino que se lo quedaban porque, aunque se podían anular los décimos, la persona que los había perdido tenía que tener todos los datos de cada décimo y muchas veces no se tenían. De todas formas yo tenía claro que eso era de alguien, que seguramente lo estaría buscando y no dudé ni un segundo”, explica Cristina sin poner cara todavía a la persona que perdió el sobre.
Agradecimiento
Bego, sin embargo, no olvidará el gesto de honradez de Cristina. “Cuando hablamos de estos temas siempre vemos la parte mala, que se pierde algo y que no se entrega, pero en ese caso ha pasado lo contrario y agradezco muchísimo lo que ha hecho Cristina porque no sabía dónde había podido perder los décimos que no eran ni míos y cuando menos lo esperaba han aparecido porque ella los ha entregado. Parece el anuncio de la Lotería de Navidad”, explicó la abadiñarra que durante estos días está de vacaciones con la familia en Barcelona. “Cuando vuelva iré a agradecerle personalmente y le llevaré un décimo y un pequeño detalle”, avanzó.
Recuperados los siete décimos, ahora solo falta que los niños y niñas del colegio San Ildefonso canten el Gordo y que el número premiado con ese ansiado primer premio resulte ser uno de los que Cristina entregó. Así se cerraría el círculo de una historia real y extraordinaria.