En la Audiencia de Gipuzkoa hoy hemos escuchado a Mohamed Osama, más conocido como el 'argelino'. Es el principal acusado de la muerte de joven donostiarra Santi Coca, fallecido en abril de 2019, cuando tenía 17 años, tras recibir una paliza a las puertas de una discoteca de Donostia.
En su declaración, el 'argelino' solo ha contestado a las preguntas de su abogado. Sobre la fatídica noche de abril de 2019, en la que murió Santi Coca, Osama ha dicho que el primero en pegar "puñetazos" fue la víctima. "No paraba de lanzar los puños al aire", ha explicado Osama quien ha añadido que Santi Coca "no dejaba de gritar uno contra uno". "Cuando él me pegó, yo como que retrocedí porque me mandó unos pasos para atrás, la verdad. Me pegó muy fuerte, me pegó un buen puñetazo". Asegura que quiso responderle, que sí quiso pegarle pero que no lo hizo "en ningún momento" porque "no me dio tiempo". Sobre la patada que provocó la muerte de Santi Coca, el acusado ha insistido: "en ningún momento he pegado ninguna patada". Eso sí, el acusado ha admitido que esa noche había consumido drogas y alcohol.
Osama ha asegurado, además, que nadie pensaba que la pelea podría terminar como terminó: con la muerte de Santi Coca. "Era una pelea", ha argumentado, "¿quién iba a decir que iba a terminar así? Y acabó pasando... ya lo siento".
El abogado, sin embargo, no le ha preguntado por qué huyó a Francia y, por lo tanto, el 'argelino' no ha hecho referencia a ello. A pesar de que esa huida es el motivo de que ahora se esté celebrando este segundo juicio por la muerte de Santi Coca; porque en el primero, el argelino se había dado a la fuga y estaba desaparecido. Tanto la Fiscalía de Gipuzkoa como el Ayuntamiento de Donostia, que ejerce la acusación popular, piden para él 20 años de prisión.