La iniciativa Donostia Apain de la red de casas de cultura Donostia Kultura presentó ayer sus nuevos murales que buscan contribuir a visibilizar la importancia y el carácter de los barrios de la ciudad a través del arte.
En los últimos años, se han organizado otras ediciones con artistas muralistas en Loiola, en 2019, y en Altza, en 2021. Este año, cinco de los murales se localizan en el barrio de Martutene, cuatro en Loiola, uno está aún por realizar en el club de remo Urkirolak, que el chileno Kol3jo comenzará el 17 de octubre, y otro en el paseo Federico García Lorca, junto al cauce del Urumea.
El primer artista, Stephen Webb, comenzó a trabajar en junio y decoró una gran caseta de conexiones eléctricas de ladrillo en la rotonda de Martutene, con su estilo basado en mosaicos de formas y colores.
A finales de junio, Udane Juaristi, conocida como Udatxo, pintó otro mural en la calle Urbia de Loiola, una escena con zapatillas y plantas de luces y sombras. El lunes terminará su segundo dibujo junto al río Urumea en el paseo Federico García Lorca. En julio, Ione Larrañaga desarrolló su creación en las escaleras que van al Alto de los Robles, en la que pueden verse barcos de papel y hojas de roble por el río.
En septiembre, Joakin Oregi (SorTwo) y Pablo Astrain pintaron la fachada de un edificio de Martutene con dos imágenes de dos jóvenes y, en la última semana de septiembre, Marina Capdevila intervino la fachada del centro Etxarriene en Martutene con un mural de un personaje mayor femenino.
En Martutene Maialen Arocena inició su trabajo en la pared del gazteleku de la ikastola Arantzazu Ama con un mural con diferentes personajes de colores bailando alrededor del río. Por último, la gallega Lidia Cao transformó en una fachada de Martutene con un dibujo inspirado en la mitología vasca Erreka Mari.