El acusado del triple homicidio de Morata de Tajuña (Madrid) mató a su compañero de celda golpeándole con una pesa del gimnasio de la prisión que faltaba desde hacía un mes y de cuya desaparición había sido alertada la dirección del centro, y después se duchó y se cambió de ropa antes de avisar del crimen, según un informe de los investigadores.
El agresor y el preso al que confesó haber matado tenían discusiones frecuentes por la falta de higiene del fallecido y porque, según relató el agresor, su compañero de celda le miró cuando estaba desnudo, a su modo de ver con ánimo homosexual, según consta en un informe de la causa.
En este escrito se detalla cómo se perpetró el crimen ocurrido en la madrugada del pasado 15 de febrero, según las pesquisas llevadas a cabo.
Esa noche Dilawar Hussein F.C., de origen paquistaní y de 42 años, y que estaba en prisión acusado del asesinato de tres hermanos en Morata de Tajuña, mató a su compañero de celda, A.A.V., un recluso de origen búlgaro y 39 años de edad, y luego llamó para avisar y confesar el crimen.
Según el relato de la investigación, fue a las 02:30 horas del día 15 de febrero cuando Dilawar comunicó por el interfono de su celda a los funcionarios que había matado a su compañero, reconociendo que le había golpeado con una pesa que había escondido porque la víctima le había intentado pegar antes.
Los funcionarios comprobaron que estaba duchado y cambiado de ropa, había tapado el cadáver con una manta, y había metido las pertenencias de la víctima en dos bolsas.
El agresor y la víctima tenían discusiones frecuentes por la falta de higiene del fallecido, y porque según relató Dilawar su compañero de celda le miró cuando estaba desnudo, a su modo de ver con ánimo homosexual.
Los investigadores comprobaron que el presunto objeto homicida es una pesa de 2,5 kilos que según el forense es compatible con las heridas que presentaba el cadáver, que tenía fractura en cráneo y cara. Además no había otro objeto contundente en la celda, según las fuentes.
La pesa faltaba en su lugar, el gimnasio de la prisión, desde hacía un mes, y este hecho había sido comunicado verbalmente por el interno encargado del gimnasio a la dirección del centro, según las fuentes, que detallan que ni la víctima ni el asesino eran asiduos al gimnasio.
Unas dos horas antes del aviso que dio el propio Dilawar, sobre las doce y media de la madrugada, otros internos oyeron fuertes golpes en la celda del crimen, pero ni gritos ni discusiones.
El acusado por los asesinatos de los tres hermanos de Morata de Tajuña (Madrid) y de su compañero de celda en la cárcel de Estremera permanece en un módulo de aislamiento y se le aplica el protocolo para presos extremadamente peligrosos o manifiestamente inadaptados al régimen ordinario.