La Real Sociedad cayó derrotada este martes en Son Moix contra el Mallorca (1-0), tras firmar una actuación pobre en líneas generales. Los txuri-urdin apenas lograron salir del embotellamiento en el que se vieron inmersos, un atasco por partida doble además. Durante muchas fases del encuentro tuvieron que jugar en campo propio, sin apenas salida. Y en otros momentos de la contienda, ya con balón y dominio en lo territorial, sufrieron para meter mano al buen entramado defensivo rival. ¿Qué sucedió en Palma?
Ocurrió, para empezar, que Jagoba Arrasate comenzó a ganar la batalla táctica desde su apuesta por cambiar a un sistema 4-4-2. Su Mallorca venía empleando en ataque un 4-4-3 o 4-2-3-1, dibujos que el de Berriatua sacrificó para actuar con una doble punta (Larin-Abdón), saltarse la presión alta de la Real y jugar de forma directa al dos contra dos que ambos delanteros mantenían con Zubeldia y Aguerd.
Así, hay que tener cuidado a la hora de enfrentar el buen partido txuri-urdin contra el Real Madrid y el mal encuentro en Mallorca. Fueron dos contiendas de características completamente distintas. Las mejores ocasiones de la Real el sábado en Anoeta llegaron tras robos altos al ejecutar la presión. Y tres días después los de Imanol apretaron en Palma exactamente igual. Sin embargo, mientras Rudiger trataba de combinar en corto desde atrás, incurriendo en varias equivocaciones forzadas, los centrales Copete y Raíllo golpeaban en largo en Son Moix. A los blanquiazules se les abortó por ahí una buena vía para generar peligro.
Como consecuencia de todo ello, y al no salir vencedores Zubeldia y Aguerd de los duelos con los delanteros locales, la Real se vio obligada a pasar demasiado tiempo defendiendo en campo propio. Su presión resultaba inefectiva ante un Mallorca que golpeaba en largo. Mientras, Oskarsson, Becker y Kubo, posiblemente sus delanteros más profundos, estaban sentados en el banquillo, lo que dejaba al equipo txuri-urdin sin salida cuando recuperaba el esférico en posiciones retrasadas. Las opciones de hacer daño se limitaron así a los ataques posicionales, que Jagoba Arrasate apostó por defender mediante su clásico 4-4-1-1.