El Athletic retoma el pulso a la liga, en la que vuelve a competir dos semanas después. Atrás quedan su participación en la Supercopa en Arabia Saudí, donde conquistó el subcampeonato del torneo, y el majestuoso partido de Copa del jueves en el que dejó fuera al Barça. Así las cosas, al conjunto rojiblanco, al que se le han acumulado las sensaciones en muy pocas fechas, le toca cambiar de chip, porque es consciente de que no se puede despistar en la competición que da de comer y, sobre todo, cuando afrontar un duelo ante el que a día de hoy es uno de sus rivales directos en la aspiración de lograr plaza europea al fin de curso. La cita en Vallecas ofrece, con todo, una exigencia máxima ante el Rayo de Andoni Iraola, una de las grandes sorpresas y que solo ha cedido dos empates en sus diez encuentros anteriores consumados ante su parroquia, por lo que es el mejor equipo como local. El Athletic, que el pasado día 9 no pudo pasar del empate en el derbi con el Alavés en Mendizorrotza, sabe de la importancia de los puntos ante un conjunto con el que firmó en San Mamés uno de los peores partidos de esta campaña. El propio Marcelino puso ayer el acento en la credibilidad de este Rayo: "Juegan muy bien en su campo, tienen una plantilla bien estructurada, una idea de juego clara y optimizan muy bien los recursos, seguro que por el buen trabajo de su entrenador. Atacan bien y rápido y cuando en casa ganas diez partidos y empatas dos es que haces muy bien las cosas".
Marcelino cuenta con ausencias sensibles para una complicada cita. Ayer se conoció el positivo por covid-19 de Muniain, que estuvo estelar el jueves frente al Barça; De Marcos, el segundo capitán, tampoco viaja por las mismas molestias musculares que sufre Yeray, que vuelve a quedarse fuera; en tanto que Villalibre aún no tiene el alta médica, Sancet, que se lesionó en el segundo tiempo del último partido de Copa, permanecerá en el dique seco entre dos y tres semanas, baja que se alargará en el caso de Vencedor. Con este escenario, el técnico, que no arriesgará con la presencia en el once de un Berchiche que partirá desde el banquillo, modificará sensiblemente su plan respecto al que empleó ante el Barça, ya que Lekue y Balenziaga serían los laterales, con la titularidad de nuevo de Berenguer, que ejercería en uno de los costados, lo mismo que Nico Williams.