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El Athletic cierra la concentración con un sólido triunfo ante el Borussia Dortmund

Raúl García ha marcado de penalti el primer gol del encuentro entre el Borussia y Athletic
Raúl García ha marcado de penalti el primer gol del encuentro entre el Borussia y Athletic

En los parques y en la plazas, en aquellas en las que todavía se permite jugar con la pelota, el que pone el balón es el que manda. El Borussia Dortmund puso el esférico –el partido se jugó con el balón oficial de la Bundesliga por exigencia del club alemán-, pero el Athletic fue el niño acaparador que no deja jugar e impone su ley.

La tropa de Marcelino brilló en Kybunpark sobreponiendo el juego colectivo al individualismo. El técnico asturiano puede estar contento con la coordinación del equipo. Justo es decir que este Dortmund carecía de los diez jugadores que representaron al club en la Eurocopa. Con todo, el Athletic completó un partido serio para cerrar la concentración en Suiza.

El peligro generado llegó desde el juego aéreo, con Morcillo dando rosca al balón y Nuñez aguardando a las caídas, con Villalibre siendo víctima de un penalti y Raúl García de ejecutor, con Vivian entrando desde el segundo palo para agrandar la diferencia tras un centro de Berenguer. En la faceta defensiva y como sucedió ante el Dinamo Kiev, de nuevo el equipo bilbaino brilló, dejando la presencia de Haaland en anecdótica. Si hay un pero que poner, sería el de la triangulación en la zona de los tres cuartos, para progresar con el balón acariciando el piso, lo que solo sucedió cuando la balanza estaba inclinada en el marcador.

SÓLIDO ATHLETIC

El Dortmund hizo un amago de dominio en los primeros instantes, pero un solidario Athletic liquidó temprano las esperanzas de posesión del conjunto alemán. Los leones realizaron buenas coberturas, buen movimiento de colectivo, para cerrar espacios y recuperar rápido la pelota.

A través de ese ejercicio de presión el conjunto bilbaino fue creciendo. De las botas de Morcillo nacieron varios centros al área, algunos botados desde el córner, que generaron las mejores ocasiones del equipo que figuraba como visitante. Las oportunidades llegaron por aire, con Nuñez acaparando el destino de los balones. El central del Athletic parecía imantado a la pelota.

Haaland, héroe local, fue secado por la impermeabilidad del Athletic, que juntaba líneas para borrar los espacios. El ariete noruego era invisible. Nuñez y Yeray, impetuosos, tuvieron buena parte de la culpa. Los de Marcelino ofrecían buenas impresiones.

Sancet, muy encimado por la zaga germana, haciendo de sostén de los defensores para liberar a Iñaki Wiliams, conectó con un balón con el campo abierto para realizar una conducción de contragolpe dirigida con clase. Morcillo finalizó con un disparo forzado.

En nueve minutos, entre el 24 y el 33, el técnico del Athletic realizó dos cambios. Nico Williams, osado encarando a los rivales, fue reemplazado por Serrano. Después, Yeray, que acababa de sacar un balón muerto prácticamente sobre la línea de gol, se sentó sobre el césped y fue sustituido por Iñigo Martínez. El caso de Nico fue extraño, dado que realizó carreras durante el descanso, sin mostrar síntomas de padecer problemas físicos.

Quizá minado por los cambios, lo cierto es que el Athletic se acostó sobre su área en el tramo final de la primera mitad ante un Dortmund que cobró confianza a través de la posesión. Reapareció ese equipo de los albores del partido. No obstante, al alcanzar el descanso el combinado alemán solo había disfrutado de una ocasión clara de gol. El Athletic, sin embargo, dispuso de una gracias a un centro de Lekue que Papadopoulos casi envía a su propia portería.

Para el segundo acto, Marcelino dio entrada a diez jugadores. Cambió a todo el equipo salvo a Iñigo Martínez. Y cinco minutos después de reanudarse el partido, el guardameta Bürki, recién incorporado, cometió penalti sobre Villalibre. Raúl García ejecutó con temple dando sentido al buen trabajo del equipo.

Inmediatamente, el Dortmund obligó a Agirrezabala a realizar la parada más comprometida para los arqueros del plantel bilbaino. La portería visitante tenía un tapón que propiciaba la justicia de lo acontecido sobre el campo.

Apenas había vuelto a respirar el encuentro cuando Berenguer botó una falta directa y Vivian conectó entrando desde el segundo palo. La fragilidad en acciones de estrategia mostrada ante el Sankt Gallen se transformó en fortaleza ante el equipo de Marco Rose. El Athletic fue virtuoso con los balones colgados. Corría el minuto 57 y la superioridad de los leones quedaba congelada en el luminoso.

El Dortmund se fue desdibujando, anulado por la frescura –completó menos cambios– y la contundencia bilbaina. Berenguer pudo engordar el marcador tras plantarse en solitario ante el portero. El sábado era redondo para el cuadro bilbaino, que en apenas ocho días ha cambiado de un rostro amargo y desnutrido a otro alegre y resultón. El apagado equipo germano pasó a ser sometido por un rival que ganó comodidad y espacios para ofrecer minutos de gran superioridad.

En definitiva, sensaciones positivas para el Athletic ante un conjunto minado por las ausencias, pero cuyo nombre le precede. El plantel bilbaino ha crecido durante su 'stage' en tierras helvéticas y lo ha hecho, por encima de todo, primando el aspecto grupal, lo que siempre es gratificante para un entrenador. Marcelino quería ritmo, intensidad en la acción-reacción y las disputas, fortaleza defensiva y sentido de la unidad, y así ha puesto el broche a su viaje.

2021-07-25T16:38:03+02:00
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