El Athletic cerró la herida abierta el pasado viernes en Girona con un triunfo ante el Valladolid que le reencontró con su juego vistoso, dinámico y alegre, le sirvió para acallar las dudas suscitadas tras el gris encuentro disputado cinco días atrás y que, además, le permite llegar al parón del Mundial, si bien aún deberá afrontar su debut en Copa este mismo domingo, con la moral por las nubes. El conjunto rojiblanco está, de momento y tras haber consumido ya el primer tercio del campeonato, cumpliendo con el objetivo marcado antes del inicio del curso. De hecho, cuando acabe la cita de Catar y se reanude el campeonato de la regularidad estará a un máximo de tres puntos del tercer clasificado en liga. Palabras mayores. Aspira a cotas altas este Athletic, entre cuyas asignaturas pendientes para el nuevo año estará la de recuperar la regularidad perdida en las últimas semanas. Si es capaz de ajustar eso, no se le intuye techo a un equipo que está demostrando tener capacidad para hacer goles con cierta facilidad.
Mención especial merece en este apartado Gorka Guruzeta. A sus 26 años, tras salir del Athletic a la siempre difícil Segunda División y ganarse la vuelta a base de goles, el donostiarra estrenó ayer martes ante el Valladolid titularidad en liga. Un premio a su gran puntería en el arranque de la temporada. Hasta ayer martes, llevaba un tanto por cada 44 minutos disputados; con los dos que firmó ayer martes en San Mamés dejó el listón en 40. Casi nada.
La presencia de Guruzeta en el once inicial fue una de las cuatro novedades introducidas por Ernesto Valverde con respecto al equipo que alineó en Girona. Aires renovados para un equipo que tocó fondo en Montivili, donde cuajó, con permiso de la actuación del Camp Nou, su peor encuentro del curso. A grandes males, grandes remedios. Entre los sacrificados, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche, Alex Berenguer y Raúl García. Pesos pesados del equipo. No le tembló el pulso al técnico, que visto el resultado y el transcurrir del choque acertó con creces. Eso sí, en el aire queda una duda. ¿Habrá jugado ya Iñigo Martínez su último partido como león en San Mamés? Será una cuestión a resolver en el futuro.
Por lo pronto, el presente del Athletic debe pasar por Oihan Sancet. Un futbolista diferencial que ayer volvió a dejar claro que si tiene el día inspirado él solito es capaz de cambiar el signo de un encuentro. Sus compañeros mejoran cuando él se siente cómodo y disfruta sobre el verde. Además, frente al Valladolid encontró un perfecto aliado en la figura de Ander Herrera. Le está costado al centrocampista bilbaino encontrar continuidad en este primer tramo de la temporada, pero ayer por fin se le vio con otros aires. Fino en el pase y muy participativo, dejó muchos detalles de la mucha calidad que atesora.
Entre Herrera y Sancet, con un inspirado Guruzeta y un Iñaki Williams que encontró muchos espacios por banda para hacer daño con su velocidad, el Athletic se desquitó de su titubeante inicio de partido, en el que permitió hasta tres claras ocasiones del Valladolid en el primer cuarto de hora.