No pudo resultar más cruel el destino para el Athletic en su visita de ayer a Girona. Porque al hecho de fallar dos penaltis merced a los tres lanzamientos de Álex Berenguer, e Iñaki Williams y Ander Herrera, algo nunca sucedido en la historia de la Liga por lo que a los rojiblancos concierne, tal fatalidad se vio acompañada por la derrota, ya en el tiempo de añadido, y también desde el punto fatídico. Ocasión no desaprovechada por el incombustible ariete charrúa Cristhian Stuani.
Con los errados en Montilivi al tropezar en el mano a mano con Paulo Gazzaniga, los leones ya suman en competición liguera 50 máximas penas no convertidas en lo que llevamos de siglo XXI, habiendo lanzado 159. El FC Barcelona ha fallado 41 y el Atlético de Madrid 39. En porcentajes también es la peor estadística, con un 31,44% por el 29,54 de los colchoneros y el 22,40 de los blaugranas.
Pero además sobresale la circunstancia de que en la historia del club nunca se había dado lo sucedido en campo catalán desde que la Primera División surgiera en 1928, y hay que remontarse a épocas más pretéritas para contar con un dato semejante, jugando aún en el Campeonato Regional.
Todo ello refiriendo exclusivamente al equipo bilbaíno, sí que afloran otros negros recuerdos desde los once metros en aquella Copa del Rey de junio de 1977 en el Vicente Calderón madrileño. Aquella final con el Betis y con 19 disparos en la que solo faltaba que Dani, el gran especialista, para marcar y ser campeones, pero falló ante José Ramón Esnaola. El meta guizpuzcoano ajusticiaría el trofeo a alzar por los andaluces al batir a José Ángel Iribar y detener posteriormente el intento del 'Txopo'.