El Athletic, en busca del equilibrio en liga

Los dos últimos partidos de liga disputados por el Athletic, ante Cádiz y Valencia, han dejado algunas dudas en lo que al juego del equipo se refiere, si bien el botín obtenido en ambos ha sido enorme, más aún teniendo en cuenta de dónde venía el equipo. Dos victorias, seis de seis en puntos con seis goles a favor y dos en contra. Resultados que le han dado un impulso clasificatorio después de perder algo de comba con la llegada del nuevo año. Enero fue un mes para olvidar, obviando claro está los resultados obtenidos en Copa, pero el conjunto rojiblanco ha llegado a febrero con otros aires, al menos en lo que a resultados se refiere, que son los que mandan. Eso sí, la constancia sigue siendo una carencia enorme en un equipo que debe buscar el equilibrio. El Athletic no puede permitirse más lujos como los de enero y el del último encuentro del pasado año. Cinco partidos sin ganar, con un pobre bagaje de dos puntos sobre quince disputados es irrisorio para un equipo que quiere competir en Europa la próxima temporada.

De igual modo, encadenar una serie de victorias de manera más regular debe ser una obligación en la persecución del objetivo, que a modo de novedad decidieron hacer público antes del inicio de la temporada, rueda de prensa mediante, el presidente, Jon Uriarte, el entrenador, Ernesto Valverde, y el capitán, Iker Muniain. Ganar de manera regular ha sido un logro que a lo largo de la temporada ha sucedido en muy contadas ocasiones y que hasta el sábado, en Mestalla, llevaba cuatro meses y medio sin repetirse. En concreto, esta campaña el Athletic enlazó dos triunfos en las jornadas dos y tres (Valencia, 1-0; y Cádiz, 0-4); y tres entre la quinta y séptima (Elche, 1-4; Rayo Vallecano, 3-2; y Almería, 4-0).

El equilibrio debe llegar por ahí, por ser más consistente en la obtención de resultados positivos y en minimizar las rachas de los negativos. En este sentido, mejorar los registros del equipo cada vez que actúa lejos de San Mamés también se encuentra entre los deberes para lo que resta de temporada. Es cierto que el balance no es especialmente preocupante, pues no es mucha la diferencia entre lo logrado en casa y fuera, pero mejorar a domicilio y mantener la línea de casa seguro que es la manera más fácil para que Europa se convierta en una realidad a la conclusión de la temporada.

A día de hoy, el Athletic ha sumado 20 puntos en La Catedral, fruto de seis victorias, dos empates y tres derrotas; mientras que fuera de casa ha sumado doce, con tres victorias, tres empates y cuatro derrotas, lo que supone haber disputado un encuentro menos. Este domingo, frente al Atlético, el conjunto rojiblanco igualará el número de partidos disputados en casa y fuera, por lo que el análisis será más concreto tras la visita al Metropolitano.

En Madrid está por ver qué once alinea un Ernesto Valverde que ha vuelto a juntar en la medular a Oihan Sancet e Iker Muniain, una combinación que tan buenos resultados le dio al conjunto rojiblanco en el arranque de la liga. De hecho, en las nueve primeras jornadas del campeonato firmó cinco victorias, dos empates y dos derrotas. Con los triunfos en los dos últimos partidos, en los que los navarros han actuado de inicio en el centro del campo acompañados por Mikel Vesga, ya son siete en once encuentros.

Los buenos números obtenidos por el equipo refrendan la presencia de ambos en el once inicial, si bien ante el Cádiz y en mayor medida frente al Valencia, al Athletic le costó encontrar un ritmo alto de juego y le costó sentirse cómodo sobre le verde durante largos periodos.

Más control

Poco amigo de hacer cambios al descanso –únicamente lo ha hecho en tres ocasiones en liga este curso, ante el Girona, el Celta y el Valencia–, Valverde alteró el orden del encuentro dando entrada a Oier Zarraga tras la reanudación en detrimento de un muy discreto Alex Berenguer. Muniain se ubicó en el costado izquierdo, pero con libertad para caer continuamente hacia el centro, y el Athletic comenzó a dominar el partido.

La lectura que se extrae de la segunda mitad ante el Valencia, al menos hasta el acoso final del equipo local, que tiró de orgullo para buscar la igualada, es que la fórmula de juntar a cuatro centrocampistas, aunque sea con alguno de ellos pegado a la banda, puede darle más consistencia al equipo en determinados encuentros. Una buena manera de encontrar el equilibrio buscado en muchos partidos en los que el Athletic no ha sido capaz de dominar en el juego.