Resulta difícil de olvidar el último gran servicio de Aritz Aduriz al Athletic, un remate acrobático que dio la vuelta al mundo, un gol de película para una carrera legendaria nada más y nada menos que frente al Barcelona y en San Mamés. Aquel tanto, del que el martes se cumplieron tres años, fue el último del delantero donostiarra, al que su cadera frenó en seco en pleno confinamiento por el covid-19. No terminó Aduriz aquella temporada, la 2019-20, en la tuvo que pasar por quirófano. Se sabía de antemano que ese sería su último curso y su espectacular remate hacía prever que aquel no sería su último gol como león. Pero lo fue. Y también la última ocasión en la que el Athletic ha marcado en un estreno liguero. Desde entonces, suma tres roscos. Tres partidos inaugurales sin ver puerta. Eso sí, no se trata de un hecho novedoso, pues en las diez últimas campañas los rojiblancos se han quedado sin marcar en un estreno hasta en seis ocasiones.
Así las cosas, se podría explicar lo sucedido el lunes ante el Mallorca como la respuesta a una dinámica. Un partido en el que el Athletic sumó únicamente un punto pero del que se pueden extraer bastantes cosas positivas, como por ejemplo el elevado número de remates, un total de 23, de los que seis fueron entre los tres palos y otros dos se estrellaron en el palo. Falló la puntería, sí, pero no faltaron intentos. Por comparar con lo sucedido en las dos temporadas pretéritas, en los arranques sin goles frente a Elche (0-0) y Granada (2-0), con Marcelino García Toral y Gaizka Garitano en el banquillo, los leones realizaron nueve intentos en cada uno de ellos, aunque solo tres y dos, respectivamente, fueron a puerta.
Para dar con los otros tres estrenos sin gol del Athletic en una temporada hay que echar la vista atrás unos pocos años. En concreto, a los cursos 2017-18, 2015-16 y 2014-15. En el primero de ellos, José Ángel Ziganda no pudo arrancar con victoria su debut liguero con el primer equipo rojiblanco y se tuvo que conformar con un empate a cero ante el Getafe en una cita no exenta de polémica, pues el conjunto del sur de Madrid se quejó, y con razón, de que no se le concedió un gol fantasma que la repetición demostró que se había colado un puñado de centímetros en el interior de la portería defendida entonces por Kepa Arrizabalaga, ahora en las filas del Chelsea.
Las otras dos ocasiones de las diez últimas temporadas en las que el Athletic no vio puerta en un inicio liguero tuvieron lugar con Ernesto Valverde en el banquillo. En la segunda campaña de su segunda etapa en Bilbao, en la campaña 2014-15, el Málaga sorprendió a los leones con un triunfo por la mínima en La Rosaleda, un choque que como el citado anteriormente contra el Getafe, estuvo muy condicionado por una errónea decisión arbitral. Ocho largos años después, Gorka Iraizoz aún se pregunta cómo Mateu Lahoz le anuló un gol completamente legal en el tiempo de descuento.
El otro choque sin marcar y que también se saldó con derrota por la mínima fue frente al Barcelona. Pocos días después de imponerse al conjunto azulgrana a doble partido en la Supercopa, los leones cayeron derrotados en su estreno liguero contra el Barça tras un gol de Luis Suárez a los pocos minutos de arrancar la segunda mitad. Aquella temporada, la 2015-16, el Athletic enlazó dos partidos de liga sin ver puerta, pues cayó por 2-0 ante el Eibar en la segunda jornada, un hecho que no se ha vuelto a repetir desde entonces.
Los malos inicios de Valverde
El empate del lunes frente al Mallorca supone un nuevo punto negativo en lo que a los arranques ligueros de Txingurri con el Athletic se refiere. Le cuesta carburar al conjunto bilbaino de la mano del técnico, quien en sus siete primeros partidos ligueros en otras tantas campañas únicamente ha conseguido una victoria, en la temporada 2013-14, cuando se impuso al Valladolid en el José Zorrilla por un apretado 1-2 en el que fue el primer partido de se segunda etapa al frente de la nave rojiblanca. Cuatro derrotas y dos empates completan su bagaje.
El Barcelona en dos ocasiones, ambas por la mínima y en San Mamés (2003-04 y 2015-16), el Málaga (2014-15) y el Sporting (2016-17) aguaron la fiesta de Valverde, que además de caer en esos cuatro encuentros, no pudo pasar del empate a uno contra Osasuna (2004-05) y el lunes ante el Mallorca, en el que bilbainos y baleares igualaron a cero.