El Athletic se ha quedado con cara de tonto en Mestalla. Se ha dejado dos puntos cuando parecía saborear la victoria, pero le ha penalizado un pequeño descuido defensivo en tiempo de descuento que ha aprovechado Marcos André para firmar las tablas en un encuentro muy escaso de fútbol, pero que se ha avivado en un alocado último tramo y en el que el conjunto rojiblanco no ha sabido proteger el preciado tesoro que le había proporcionado el tanto de Iñigo Martínez, el segundo de su cuenta personal en el presente curso. Resulta paradójico los malos finales de un equipo que presume de una coraza defensiva que le había premiado en el inicio de liga y de repente se deja sorprender cuando el reloj supera los noventa minutos. Ocurrió el martes ante el Rayo Vallecano, que le costó la derrota con el golpeo de Falcao, y ha vuelto a suceder esta tarde, con lo que se queda sin tres puntos que podría lamentar en un futuro. Marcelino y sus hombres, por tanto, deben tomar nota de estos desajustes y hacer la correspondiente autocrítica.
Marcelino se muestra ya a pecho descubierto. Habla con sus decisiones y sus mensajes al vestuario son rotundos. Ninguno de los seis futbolistas –Asier Villalibre está en el dique seco por culpa de una lesión muscular– que fueron novedades en el once ante el Rayo han repetido de inicio, por lo que el plan A del asturiano no genera ningún tipo de dudas. Le salió relativamente bien en las primeras cinco jornadas y tocaba examinarse de nuevo en Mestalla, a donde ha regresado Marcelino dos años después de su polémica salida del club ché, con el que conquistó una Copa. Si ante el equipo de Andoni Iraola todo fueron malas noticias en un Athletic espeso y sin guía, esta tarde su rostro apenas ha mejorado, sobre todo en un primer acto que se ha convertido en una bofetada al buen fútbol, con dos equipos que gustan del mismo patrón, que se han mirado al espejo y que han decidido jugar a la pequeña, o sea a conceder lo menos posible al rival y confiar en una genialidad de sus jugadores más talentosos. Bordalás y Marcelino, enemigos en la dialéctica pero compadres en su propuesta futbolística, tienen muy interiorizada su idea, que la retocan lo mínimo posible. En esta ocasión, no iba a ser de menos. La batalla se ha planteado en la letra pequeña una vez asumida la renuncia a un relato más genuino.
El pragmatismo ha sido evidente y el Athletic se ha fiado a él. No es nada nuevo con Marcelino, que insiste por enésima vez en la medular por una fórmula pensada en aportar cemento y en generar fútbol a cuentagotas. Puede gustar más o menos, quizá, para la mayoría del personal, sea lo segundo; aunque para el de Villaviciosa es innegociable otra alternativa. Ya la asomó ante el Rayo y le fue como le fue, por lo que tiene motivos para defenderse. Vencedor y Dani García están tranquilos. Mucho tiene que suceder para que sean reemplazados, acaso en partidos llamados a rotar por saturación del calendario, con lo que el plan se sabe de memoria. El engranaje defensivo es el tótem de este Athletic, que tiene vía libre para el pelotazo cuando detecta un síntoma de riesgo; su presión en bloque medio le permite algunas recuperaciones que se prolongan en la búsqueda rápida del área contraria, en la que deben emerger los Iñaki Williams, Berenguer, Raúl García o Muniain. si bien lo tres últimos aún no han mojado recorridas siete jornadas. Así de sencillo, aunque surjan otros grises que marcan el propio desarrollo de juego.
Lo cierto es que el Athletic no ha lanzado ni un disparo a los tres palos hasta el minuto 69, cuando Iñaki Martínez ha batido a Cellissen con un genial cabezazo tras saque de esquina botado por Berenguer, precisamente los dos mejores leones sobre el verde. En este sentido, efectividad cien por cien. Porque con anterioridad, el conjunto rojiblanco solo ha amagado en llegadas del propio Berenguer, Iñaki Williams, que sigue sin marcar al Valencia en el día en que iguala el récord de continuidad que poseía el exrealista Juanan Larrañaga, y en dos apariciones de Vencedor, al que quizá le ha nublado la poca costumbre de meter el morro en esos últimos metros. El Valencia, apoyado en la calidad de Guedes, también ha hecho lo justo, aunque ha avisado en un duro disparo de Wass que se ha estrellado en el palo después de que Unai Simón sacara una mano prodigiosa. El Athletic, sin embargo, se ha equivocado cuando debía amarrar el triunfo y no ha sabido defender una centro en largo de Hugo Guillamón que ha culminado Marcos Andrés, aunque los de Marcelino incluso han podido ganar en el postrero cabezazo de Iñaki Williams que ha abortado Cellissen.
Ficha Técnica:
VALENCIA: Cillessen; Foulquier, Paulista, Alderete, Lato (Min. 70, Jesús Vázquez); Musah (Min. 83, Jason), Wass (Min. 83, Manu Vallejo), Hugo Guillamón, Hugo Duro (Min. 70, Marcos André); Guedes y Maxi Gómez.
ATHLETIC: Unai Simón; Lekue, Vivian, Iñigo Martínez, Balenziaga (Min. 53, De Marcos); Berenguer, Vencedor (Min. 79, Vesga), Dani García, Muniain (Min. 56, Nico Williams); Raúl García (Min. 79, Nico Serrano) e Iñaki Williams.
Goles: 0-1: Min. 69; Iñigo Martínez. 1-1: Min. 95; Marcos André.
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Las Palmas). Expulsó al valencianista Maxi Gómez por dos amarillas (Min. 45 y 82). Amonestó a Hugo Guillamón (Min. 47), Jason (Min. 92) y Manu Vallejo (Min. 98), por el Valencia; y a Dani García (Min. 49) y Berenguer (Min. 78), por el Athletic.
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de LaLiga Santander disputado en Mestalla ante unos 15.000 espectadores.