Bizkaia

El auge de las tiendas de segunda mano en Bizkaia atrapa a un consumidor selecto

El tipo de consumo ha cambiado y la edad de los clientes se sitúa entre los 35 y 50 años
La firma de ropa y libros de segunda mano, Mikolet, ha abierto a finales de diciembre una tienda en el centro comercial Artea, en Leioa.

El consumo de ropa de segunda mano es una tendencia al alza que está pisando fuerte en Bizkaia. En el territorio vizcaino son al menos una veintena las tiendas y plataformas en las que se pueden vender y adquirir todo tipo de objetos, ropa y calzado de segunda mano, impulsado una economía circular. Entre las más conocidas están Koopera, Emaus, Remar, Micolet... Las nuevas generaciones son las que, sin duda, están marcando el camino que deben seguir las marcas para fidelizar su consumo. El mayor acceso a la información y el poder de generar debate y conversación que se les ha otorgado mediante las redes sociales permite a los jóvenes trasladar sus preocupaciones a las marcas e incidir en sus estrategias. Sin embargo, en Bizkaia, el auge por las tiendas de segunda mano en el últimos años está atrapando al consumidor “más selecto”, que no solo está concienciado con el impacto en el medioambiente, sino que además buscan “prendas únicas, vintage o pequeñas joyas de marca” que aguardan ser lucidas en una segunda vida. “Consumir en tiendas de segunda mano no es solo una cuestión de modas. En mercados de segunda mano que he visitado he encontrado bolsos de marca a una precio muy interesante”, apunta el bilbaino Borja Martínez.

Las formas de consumir están cambiando y actualmente, el 43 por ciento de los usuarios prefiere invertir en prendas de mayor calidad para garantizar que les pueden sacar rentabilidad a largo plazo. “En Bizkaia este sector ya es una realidad que está llevando a la implantación de nuevos negocios que se despegan y que atrapan a miles de personas ”, explica Olatz Elezcano, responsable de sostenibilidad de la plataforma de compra y venta de ropa y libros de segunda mano, Micolet.

La empresa se fundó en 2015 y en la actualidad la venta a través de internet supera los 2 millones de usuarios a nivel mundial, el 35% procede del Estado. Debido al incremento en las ventas, hace unos años decidieron dar el salto a la calle e implantaron un pop up en el centro comercial Zubiarte de Bilbao que “tuvo una gran aceptación”. A partir de ahí, según relata Olatz Elezcano el despegue de la marca les ha llevado a abrir una tienda en el centro comercial Max Center, de Barakaldo, y otra en diciembre, en el centro comercial Artea, de Leioa. La empresa afincada en Basauri oferta vestidos, bolsos o calzado de grandes marcas con hasta un 90% de descuento que buscan “una segunda vida”. “La gente joven es muy consumidora de este tipo de ropa, pero en los últimos años hemos detectado un cambio en la edad del consumidor, un cliente de entre 35 y 50 años que no se acerca a estas tiendas por una cuestión económica sino para buscar algo diferente, de otras épocas o que no encuentre en otras tiendas”, aseguran desde Micolet.

En el caso de esta marca, ofrece a sus clientas a posibilidad de deshacerte de esas prendas olvidadas en el armario vendiéndolas en su plataforma y así ganar un dinero extra. El único requisito es que se entreguen un mínimo de 20 prendas limpias. A cambio, regalan un bono de 7 euros para canjear en esta tienda efímera, además de las ganancias de la venta de su ropa.

“Las plataformas de ropa de segunda mano permiten dar una nueva oportunidad a las prendas, fomentando así la circularidad de las mismas”, cuenta Olatz. Y añade. “Mucha ropa que nos llega está nueva, incluso con la etiqueta puesta. La gente se saca un dinero y es una oportunidad de deshacerte de eso que no utilizas y que te ocupa espacio”

RECIRCULACIÓN

Se calcula que la compraventa de ropa de segunda mano ha permitido la recirculación de unos 6,65 mil millones de prendas. El tema de fondo es que en los últimos quince años la producción mundial de prendas se ha duplicado, pero cuando nos desprendemos de ellas las hemos utilizado 36% menos de veces. Es decir, cada vez consumimos más ropa pero la usamos menos. Se calcula que solo nos ponemos el 40% de la ropa que tenemos en nuestros armarios, que cada vez están más apretados.

Por ello, usar ropa de segunda mano es también una manera de aportar a frenar el cambio climático y para hacerlo lo primero es dejar los estigmas de lado. “La imagen de las tiendas de segunda mano, y de este tipo de negocios ha cambiado”. Tanto es así que incluso gigantes de la moda como Zara han decidido sumarse al negocio de la venta de prendas de segunda mano. No son los primeros, ya que firmas como H&M ya ha desarrollado una plataforma para la venta de prendas usados, Sellpy que funciona en una veintena de países, entre ellos el Estado español. Estas nuevas líneas de negocio, está enfocada a la compra, venta, donación y reparación de ropa de segunda mano. En el caso del gigante de Inditex, la apuesta por la sostenibilidad no es una cuestión nueva, ya que llevan tiempo trabajando en esta línea, especialmente desde que Marta Ortega tomase las riendas de la dirección de la empresa gallega. Habrá que ver si este cambio de tendencia va acompañado de la reducción en el volumen de producción y la fabricación de prendas de mejor calidad.

En breve

Inversión. 33 millones de personas invirtieron por primera vez en ropa de segunda mano en 2022. En concreto, el 76% de los compradores primerizos en este mercado aseguraron que en los próximos cinco años incrementarían su inversión. Esto repercute en los proyectos de plataformas de compraventa, de los que se calcula un aumento del 5,4 por ciento en los próximos cinco años.

Medioambiente. Usar ropa de segunda mano es también una manera de aportar a frenar el cambio climático y para hacerlo lo primero es dejar los estigmas de lado. Mientras que se espera que la moda rápida siga creciendo 20% en los próximos diez años, la moda de segunda mano está a punto de crecer 185%.

24/01/2023