La Real Sociedad se clasificó este domingo para los octavos de final de la Copa del Rey, tras vencer a la Ponferradina en un encuentro sin brillo. Dos pérdidas de balón del conjunto local supusieron los dos goles de una escuadra txuri-urdin cuya presión, curiosamente, sufrió más de lo habitual para contener los avances del adversario. Mediada la segunda mitad, un ajuste de Imanol Alguacil tras aviso de Jon Mikel Aramburu permitió a los guipuzcoanos defender con mayor comodidad las acometidas de un contrincante que, eso sí, nunca dejó de generar peligro a balón parado. Así se dieron las cosas en El Toralín.
Tal y como puede deducirse de la lectura del primer párrafo, hoy vamos a centrar el análisis del partido en la presión de una Real que en El Toralín dio continuidad a su funcionamiento habitual en este sentido. Los blanquiazules apostaron una vez más por emparejarse hombre a hombre con todos los jugadores de la Ponferradina, ajustándose al dibujo rival mediante la avanzada ubicación de sus jugadores de banda derecha: Sergio (extremo) apretaba al central zurdo rival; Aramburu (lateral), al lateral izquierdo; y Zubeldia (central), al extremo izquierdo. Lo vemos mediante una imagen de pizarra...
El entrenador de la Ponferradina se mostró muy hábil a la hora de intentar burlar una forma de apretar que la Real venía poniendo en práctica durante los últimos meses. Gracias a su propuesta, permitió que el lateral izquierdo Andoni López se convirtiera, especialmente en el arranque de la segunda parte, en constante puerta de salida para los locales, quienes superaron con mucha frecuencia la presión txuri-urdin y se acercaron al gol.
Si avanzamos en esta misma última acción y observamos la disposición de los jugadores de la Ponferradina en posiciones más adelantadas, vemos cómo el técnico local detectó que la Real suele desguarnecerse en su sector derecho a la hora de presionar al hombre. El entrenador Javi Rey hurgó en esa posible herida generando desconcierto en la zona en cuestión mediante las posiciones cambiadas de sus futbolistas, las cuales provocaron dudas en Aramburu y retuvieron a este a la hora de lanzarse de inicio a por el lateral izquierdo (quien recibía libre).
El aviso
Las dificultades de la Real en la zona eran grandes y Jon Mikel Aramburu se dirigió a Imanol, aprovechando un triple cambio de la Ponferradina, para manifestar al técnico cuál era la situación.
Imanol tomó nota, pero no activó el ajuste de inmediato. La Real continuó presionando como venía haciéndolo, y sufriendo así para frenar los ataques de una Ponferradina que seguía encontrando en su lateral izquierdo una efectiva puerta de salida.
El ajuste
Pese a que había marcado previamente el 0-1 tras un error puntual de la Ponferradina, la Real estaba sufriendo e Imanol acabó por ejecutar el cambio en la presión, quizás movido también por el aviso previo de Jon Mikel Aramburu. Los txuri-urdin pasaron a presionar en 4-4-2 dejando a Kubo en la derecha y llevando a Brais a formar la primera línea con Oyarzabal. La corrección enseguida dio sus frutos...
¿Qué consiguió la Real con el cambio? Presionando en 4-4-2, defendió con una teórica inferioridad numérica en el centro del campo: dos jugadores txuri-urdin contra tres rivales. Sin embargo, poco le importó esta circunstancia ante un rival menos dotado para combinar por dentro y que estaba iniciando sus ataques a través del lateral izquierdo, tal y como hemos visto. De hecho, tener ya a Take Kubo fijo con ese lateral izquierdo (López) permitió a los de Imanol apretar más cómodos y tentó a la Ponferradina a jugar balones interiores que le costaron enseguida el 0-2.
Lo cierto es que, por mucho que Imanol diera entrada a Sucic y Kubo durante el descanso, el partido continuó siendo bastante equilibrado en los primeros minutos de la segunda mitad. La Ponferradina se las arregló para hacer daño a una Real mucho más asentada luego tras la corrección de su entrenador. Lo que nunca cambió en el partido, desgraciadamente, fueron los sufrimientos txuri-urdin para defender el balón parado, faceta en la que se sufrió en el tramo final hasta el punto de ver muy cerca el 1-2.