“Estamos muy satisfechos con la postura de la Confederación Hidrográfica del Ebro, de hecho tenemos la autorización para hacer las obras que el viernes se van a adjudicar y podrían comenzar a finales de noviembre”. Así de contundente se muestra el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Tudela, Zeus Pérez, después de que Ecologistas en Acción diera a conocer en una nota que la CHE había aceptado las alegaciones de este colectivo al Corredor Verde y que “el Ayuntamiento de Tudela deberá redactar un nuevo proyecto” ya que había “modificaciones sustanciales”. Pérez niega con rotundidad las afirmaciones del colectivo ecologista y asegura que la CHE había dado el visto bueno y que había “pequeñas modificaciones”.
Desde Urbanismo se niegan todos y cada uno de los extremos del comunicado en unas versiones completamente distintas.
Según Ecologistas en Acción, los puntos en los que la CHE pone reparos son fundamentalmente cuatro: “eliminar las escaleras por debajo del puente de piedra, que deberán buscar otra ubicación”, “los andadores del soto han de pasar de 3 metros de ancho a 1,5”, “se permite la elevación del parking inferior 1 metro salvo en las zonas pegadas al Queiles y al Ebro” y “no se autoriza a sembrar césped ni a colocar mobiliario urbano a la derecha de la desembocadura del Queiles”.
Por todo ellos se muestran muy críticos con la CHE, ya que “aun admitiendo la elevación de las aguas por la elevación del parking no impide dicho recrecimiento. Acusamos a la CHE de hacer dejación de sus funciones, no defendiendo el patrimonio hidráulico, cediendo a las presiones de los ayuntamientos y políticos de turno”. Finalmente piden que se reconduzca del todo el proyecto ya que “el Ayuntamiento de Tudela está dilapidando las arcas públicas pues, como advierte la CHE, hay zonas que se van a ver afectadas por las inundaciones y tendrán que ser reparadas”.
De hecho, desde Ecologistas en Acción de La Ribera son tan tajantes que recuerdan que habían calificado el proyecto original del Corredor Verde como “ni sostenible, ni verde. Es un proyecto intrusivo que no tiene en cuenta el entorno fluvial donde se plantea, y se proyecta de espaldas al río, ocupando el cauce y realizando actuaciones en zona inundable”. En base a ello presentaron las alegaciones.
Según su criterio “en su espíritu han sido totalmente aceptadas”, ya que tanto CHE como Gobierno de Navarra “incluyen estas zonas en el cauce del río Ebro y otras en la zona de flujo preferente, hablando repetidamente de zonas inundables”.
Por su parte, el concejal de Urbanismo niega todos los extremos sobre los que se manifestaron los ecologistas.
En lo que se refiere a las escaleras bajo el puente apunta que “no sé de dónde lo sacan porque yo no lo encuentro. No dicen que no se pueda hacer, sino que se valoren otras opciones. Solo hay que pedir autorización a Patrimonio”. Con respecto a la zona del aparcamiento Pérez asegura que “a principios de verano no se iba a poder hacer el aparcamiento y ahora lo autorizan. Se elevará un metro y se va a hacer. Hay que retranquear un poco en la orilla del Ebro y en la del Queiles y puede que se pierdan algunas plazas pero se regularizará”. En lo que se refiere al cambio de pasarelas afirma que “nos permiten mobiliario urbano que son asientos de hormigón y reducir las pasarelas de 3 metros a 1,5 abaratará los costes”. Por último niega que se impida poner césped en la zona más baja y cercana al río donde se iba a crear una zona verde. “Entendemos que la zona en la que está previsto sí se puede hacer, hace una referencia muy generalizada. El pipi can también se puede ejecutar pero hay que hablar con Medio Ambiente que nos pide que los perros estén controlados”.
Por todo ello Pérez concluye señalando que “es falso que haya que cambiar el proyecto. De hecho lo adjudicamos el viernes. La CHE me dice que me autoriza a hacer las obras en 12 meses, si se alarga tendré que pedir más meses, pero hay otros condicionantes como no actuar en zonas protegidas. No es cierto que nos haga cambiar el proyecto. No sé de dónde lo sacan”.
El proyecto surge con la intención de que la ciudad mire más al río Ebro, integre el paseo del Prado en la ciudad y cree y mejores nuevas zonas verdes de paseo. El Corredor Verde busca reurbanizar, modernizar y adecentar una extensión de más de 65.000 metros cuadrados y alrededor de 1,5 kilómetros desde la puerta de la Mejana hasta el Boulevard de la Peñica. El Corredor Verde es el proyecto estrella de Navarra Suma junto con la frustrada rehabilitación del Ciudad de Tudela. Tendrá un coste estimado de más de 3,9 millones de euros y el plazo de ejecución será de un año desde que se inicien los trabajos.
Las grandes apuestas de este proyecto son la urbanización del parking de la zona inundable (que se eleva hasta la zona del parking en superficie), la conexión con La Mejana a través de un paso bajo el primer ojo del puente del Ebro y la mejora del paseo del Prado con una playa urbana verde junto al río con tumbonas, la puesta en servicio del bar y la mejora de la zona para guardar piraguas.