Azkuna Zentroa muestra sus engranajes de producción artística con una jornada de puertas abiertas

Hay mucho más en la Alhóndiga de lo que estamos acostumbrados a ver. Entre sus bambalinas se reparten laboratorios para la experimentación y la creatividad, recónditos para el visitante común, donde día a día se trabaja en el desarrollo de proyectos de investigación y creación. Por ello, este jueves, 6 de octubre, el Azkuna Zentroa, Centro de Sociedad y Cultura Contemporánea, abre su temporada con una Jornada de Puertas Abiertas para que el público pueda encontrarse con las y los artistas que trabajan en este espacio.

Si se acercan hoy, desde las cinco de la tarde hasta las siete y media, podrán conocer una treintena de proyectos transdisciplinares de investigación, creación y producción de la mano de sus autores. Estas creaciones se están gestando al calor de las artes en vivo, las culturas digitales, el cine y los audiovisuales, la literatura y las artes visuales.

Una de estas zonas poco conocidas es Lantegia. Laboratorio de Ideas. Allí, los y las residentes del programa Babestu. Programa de Apoyo a la Creación han explicado sus procesos además de llevar acciones performativas con ellos.

Los residentes

La artista zaragozana Victoria Ascaso se cuestiona la construcción de la realidad a través de esos dispositivos tecnológicos que usamos día a día y las relaciones afectivas que surgen a partir con o desde ellos. “Trato temas que, en realidad, son muy íntimos y personales pero los trabajo desde lo común. Estoy intentando construir en lo superficial desde lo profundo”, profundiza esta artista del Programa Babestu. Su residencia empezó a mitades de julio y finalizará en diciembre y, reconoce que "lo bueno que tiene la Alhóndiga, en concreto, es este enfoque hacia los transdisciplinar y para mi trabajo en Bilbao es el sitio donde realmente puedo trabajar desde todos los ámbitos".

Su proyecto se titula So Sad Today. En este espacio observamos un conjunto de móviles en la pared en el que se ven una serie de imágenes de rostros, bajo la influencia de algún filtro de Instagram. Al fondo una mesa de escritorio, con un ordenador encendido. Esta pieza se llama Retristes y consiste en “un programa que analiza y clasifica tweets en tiempo real de usuarias que comentan su profundo malestar”, tal y como ha descrito su autora. “La cuestión de la tristeza es una cuestión de género y la representación de lo bello y las presiones al cuerpo también es una cuestión de género”, advierte.

Si continuamos el recorrido descubriremos un ensamblaje de instrumentos de percusión conectados entre sí, los cuales a mediante un algoritmo, y sin manos detrás, suenan. El íntimo ritmo del azar: diálogos entre máquinas imperfectas es la creación de Jonathan García Lana.

Desde hace dos semanas trabaja como residente en este espacio, pero matiza "que detrás de lo que vemos se escode mucho trabajo en el taller". Busca explorar las posibilidades del concepto de "lo aleatorio en un medio como es la instalación sonora". Para ello, mezcla disciplinas e intereses por lo que afirma que "no hay manera de enmarcarlo, creo que lo que lo define más es lotería experimental".

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