El Ballet Nacional de Cuba, que este año celebra el 75º aniversario de su fundación, volverá a subir al escenario principal de Baluarte el próximo 25 de mayo a las 20.00 horas, donde clausurará su gira nacional que le llevará a ciudades como Sevilla, Bilbao, Granada, Santander o Burgos, entre otras.
La compañía, cuya principal fundadora y figura fue la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso (1920-2019), presentará en el auditorio pamplonés un Programa Combinado compuesto por cuatro piezas, creadas por reconocidos coreógrafos internacionales y que son parte esencial del repertorio activo de la compañía: Love fear loss: ballet inspirado en la cantante francesa Edith Piaf y con coreografía de Ricardo Amarantes, estrenado por el Royal Ballet de Flandes en 2012; Tres preludios: piezas para piano del compositor ruso Serguei Rachmaninov (Op. 32 No. 10, Op. 23 No. 1, y Op. 32No. 9) que inspiraron a Ben Stevenson una de sus obras más reconocidas, estrenada por el Harknees Youth Company en 1969; Concerto DSCH, ballet abstracto de fuerte influencia balanchiniana con coreografía de Alexei Ratmansky e inspirado en el Concierto nº 2 en Fa mayor, para piano y orquesta, Op. 102, de Shostakóvich, estrenado en New York State Theatre por el New York City Ballet en 2008; y Séptima sinfonía, coreografía de Uwe Scholz estrenada en 1991 por el Stuttgart Estate Ballet de Alemania.
Como música, el coreógrafo utilizó la Sinfonía nº 7 en La mayor, Op. 92, de Ludwig van Beethoven. Su estreno en Cuba fue posible gracias al apoyo de British Friends of Ballet Nacional de Cuba y Cuban Artists Fund.
ENTRADAS YA A LA VENTA
Las entradas cuestan 37 euros en palco y 43 euros en sala y se pueden adquirir en la web www.baluarte.com, en las taquillas de Baluarte y en el nuevo punto de venta del Centro comercial La Morea.
Actualmente bajo la dirección artística y general de la primera bailarina Viengsay Valdés, el Ballet Nacional de Cuba ha visitado Baluarte en otras dos ocasiones: en noviembre de 2009, con dos funciones de Giselle, una de las grandes obras clásicas del ballet de estilo romántico; y en octubre de 2015, con su versión de Don Quijote.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
El Ballet Nacional de Cuba es, desde su creación el 28 de octubre de 1948, una de las más prestigiosas compañías de danza del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea.
En 1950 se creó la Escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso, anexa a la compañía profesional. Desde los inicios, la línea artística del Ballet Nacional de Cuba partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de nuevos coreógrafos que seguían una línea de búsqueda en lo nacional y contemporáneo.
Desde los primeros pasos de la compañía, el montaje de las versiones completas de clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, se completó con obras procedentes del movimiento renovador de los Ballets Rusos de Diáguilev, como Petruschka o La siesta de un fauno, y de ballets creados por coreógrafos nacionales.
El triunfo de la Revolución, en 1959, marcó el inicio de una nueva etapa para el ballet cubano. Desde entonces, la compañía ha vivido un gran auge, enriqueciendo su repertorio y promoviendo el desarrollo de nuevos bailarines, coreógrafos y profesores.
PROYECCIÓN DEL ARTE A NIVEL POPULAR
Además de su intensa actividad en Cuba, donde ha logrado proyectar su arte a nivel popular, el Ballet Nacional de Cuba desarrolla anualmente un programa de giras internacionales, que lo lleva a escenarios de diversos países de Europa, Asia y América.
Importantes galardones, como el Grand Prix de la Ville de París y la Orden Félix Varela de la República de Cuba se suman al reconocimiento de la crítica especializada y a las distinciones recibidas por sus bailarines, de manera individual, en concursos y festivales internacionales.
En 2018, el Ministerio de Cultura de la República de Cuba declaró al Ballet Nacional de Cuba Patrimonio Cultural de la Nación, distinción que reconoce a la compañía como la máxima expresión de la Escuela Cubana de Ballet, que ha logrado una fisonomía propia donde se fusionan la tradición de la danza teatral con los rasgos esenciales de la cultura nacional.