A raíz de los graves hechos ocurridos este pasado domingo en el partido de categoría cadete entre el Balonmano Sanxenxo y el Rasoeiro, en el que el abuelo del árbitro fue agredido por el padre de una jugadora, la junta directiva de la Federación Gallega acordó que todos los partidos oficiales de balonmano autonómico se celebren "sin la presencia de público" hasta el próximo 18 de enero.
Una decisión que la entidad presidida por Bruno López acordó en la reunión mantenida anoche con los clubes gallegos y el estamento arbitral, informó este martes la RFEBM.
Condena de los hechos
La federación autonómica, además, señala en su comunicado que "varios clubes gallegos de categoría nacional ya han mostrado su intención de apoyar esta iniciativa, que busca sensibilizar a toda la masa social sobre la importancia de actuar en bloque frente a una lacra que ha ido aumentando de forma preocupante en los últimos años".
La decisión de jugar a puerta cerrada, puntualiza la FGBM, también intenta provocar "una reacción" en las instituciones competentes para que se cree un reglamento "contundente" que ampare a todos los estamentos del balonmano "ante situaciones tan preocupantes y peligrosas como la vivida este domingo en el encuentro de categoría cadete femenina entre Sanxenxo Balonmano y Rasoeiro".
"No queremos que la seguridad en nuestro deporte sea un problema; no queremos que se normalicen los insultos; protestas o agresiones; no queremos que nadie tenga que exponer su integridad física para evitar hechos tan preocupantes como lo ocurrido; no queremos tener que educar a los adultos; no queremos tener que exigir sentido común y respeto", señala la FGBM.
Por ello, la Federación Gallega pide "el apoyo" del balonmano nacional, así como de todas las instituciones y aficionados, para que este acontecimiento "no quede en el olvido", y represente "el cambio tan necesario" que, a su entender, necesita el balonmano.