La ballena ha desfilado por la Gran Vía como si fuera el Flautista de Hamelín. A su paso ha dejado alegría y expectación, pero el séquito que le ha siguido por la Milla de Oro ha convirtido la calle en magia. ¡Qué expectación, ni Michael Jackson! Decían algunos turistas.
"Baly" se ha dado un baño de masas, en una ciudad que ha recuperado de tres años sus principales atractivos. Hoy ha sido de niños desde la mañana. El txikigune, las goitiberas y para rematar el día la compañía de Baly nunca antes un mamífero se ha visto tan aplaudido. Y es que en Bibao hay sitio para todos.
En su regreso a Bilbao, los animales marinos han invitado a varios representantes “terrestres”: un grupo de osos, un saltamontes de doce metros, una araña que escupe agua y otros insectos, y cinco divertidos animales gigantes del Amazonas- Camaleón, Rana, Glaucus, Lagarto King y el Guacamayo-.
¡Qué tiemble Marijaia!
Menudo competidor le ha salido a la reina de las fiestas de Bilbao. "Baly" ha sido este jueves el héroe absoluto de Bilbao, el ídolo más deseado por los miles y miles de niños que no han faltado a la cita con la simpática ballena y toda su troupe. Y es que el mamífero marino se hace querer; con sus chorros de agua, sus chillones colores y sus inseparables amigos, como la Txirla, el Pulpo y el Txangurro, son ya un clásico en el calendario de Aste Nagusia.
Una animada batucada ha sido la encargada de abrir el desfile, que se ha hecho esperar para los txikis que, impacientes, esperaban desde horas antes su llegada, incapaces de reprimir sus impulsos de asomarse a la calle para otear el horizonte. "¡Que viene, que viene!", se oía gritar cuando la ballena comenzaba a asomar entre los árboles de Gran Vía.
PULPO, TXIRLA, TXANGURRO....
¿A quien no le tiente tocar los tentáculos de un pulpo? El cefalópodo rosa ha vuelto a triunfar a su llegada, despertando también algunos gritos despavoridos. Elegantes, la Marmara Marching Band cedía el paso al Txangurro, que flotaba a ras de calle con su chorro de vapor.
"¿No viene la Txirla?", preguntaba una niña, impaciente por ver llegar a su personaje favorito. Y es que todavía falta por llegar el Karramarro, que traía consigo otra lluvia de confeti y los animados ritmos de una charanga. "Amaaaaaaaa", se asustaba al paso de varios personajes mitológicos, mitad fauno mitad oso.
Y por fin sí, llegó la Txirla, con más confeti y girando sobre sí, coqueta, para que todos pudieran verla y despertando ovaciones y aplausos cuando abría su caparazón.