El Bar Aldapa, en la esquina de la plaza de Navarrería con la calle Aldapa, vuelve a la carga después de años cerrado y ya ha abierto al público. El establecimiento ha sido reformado, y puesto en marcha por Jorge Goicoechea, propietario además del Mesón de la Tortilla, ubicado justo en frente. Imagen renovada y también la oferta, porque la croqueta va a ser la protagonista. Croquetas, bocadillos y raciones, para un equipo de seis personas, tres en cocina y tres en barra.
Con este pasado tan interesante, Goicoechea opina que el futuro del local también va a estar a la altura. "Ha quedado muy bonito, un sitio espectacular", asegura y añade que "hemos quitado los baños de en medio y le hemos dado un nuevo aire". Mucha madera y hierro, tipo "industrial", en un espacio de 70 metros cuadrados que ha estado sin funcionar desde hace más de 2 años.
El Aldapa mantiene su nombre, pero va a incluir nueva oferta gastronómica: "Vamos a darle fuerte a la croqueta", explica el propietario, quien a su vez es socio de una fábrica de croquetas que está pegando fuerte en Zaragoza: "Allí hay tres tiendas Croquet Arte, y aquí vamos a sacarlas en formato para tarrina, de bocado", avanza. Asegura que son bocados "gourmet de mucha calidad, hechos sin conservantes" y que trabajan en "unas 14 variedades".