El baremo de la discapacidad abrirá desde abril la puerta de ayudas a 9.000 navarros

15 años trabajando día a día dan para mucho y, ahora, toca celebrarlo por doble motivo. Cocemfe Navarra (Federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica) cumple su 15º aniversario, y celebró haber alcanzado el pasado año 2022 su cifra récord de atenciones y, a su vez, mostró su satisfacción con el nuevo baremo de valoración del grado de la discapacidad, que “incluirá a muchas personas que actualmente se quedaban fuera” y “permitirán valorar mejor la discapacidad orgánica”. Aprobado recientemente por el Consejo de Ministros, sustituirá al que estaba en vigor desde 1999 y se pondrá en marcha el próximo 20 de abril. Así, el nuevo baremo puede permitir el reconocimiento de hasta 9.000 navarros y navarras que ahora viven a espaldas de posibles ayudas porque sufren discapacidades de tipo orgánico –tipo fibromialgia– y no tienen reconocido un porcentaje de discapacidad.

Cristina Mondragón, presidenta de Cocemfe Navarra, recuerda que el baremo es la puerta de entrada al sistema de derechos establecidos para las personas con discapacidad y que “tener una valoración adecuada es crucial para poder acceder a esas prestaciones que tratan de compensar la falta de igualdad de oportunidades y el sobrecoste de tener discapacidad”. En este sentido, “el baremo todavía vigente impide que muchas personas, principalmente con discapacidades orgánicas, obtengan una valoración adecuada de su grado de discapacidad e incluso el propio certificado. Esto impacta directamente en su calidad de vida al no poder acceder a prestaciones, oposiciones, apoyos educativos, empleo…”, explicó Mondragón.

Por el contrario, el nuevo baremo “si bien no es el ideal, incorpora la realidad de muchas personas que no estaban siendo bien valoradas”. “Muchas personas que hasta ahora habían quedado fuera obtendrán el reconocimiento de cierto grado de discapacidad. Además, se mejora el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica, aquella provocada por el fallo de sistemas y órganos, como la fatiga, el dolor o los brotes”, explica Mondragón, lo que en la práctica supondría “una valoración más justa” en enfermedades como esclerosis, fibromialgia, fatiga crónica y enfermedades raras.

Para ello el baremo deja atrás “el viejo modelo médico rehabilitador” para adoptar un “enfoque biopsicosocial de la discapacidad”, entendiéndola como una suma de las propias limitaciones de la persona y de aquellas barreras a las que se enfrenta en su día a día. De esta forma, el nuevo modelo incorpora nuevas variables para medir la discapacidad a parte de las propias limitaciones corporales como las denominadas limitaciones en la actividad diaria (aseo personal, las tareas de la casa o determinadas gestiones...) o las barreras contextuales y ambientales que inciden en la discapacidad de una persona.