El partido. Sí. La visita a Kaunas es el partido de los partidos para el Baskonia. Puede sonar extraño habida cuenta de que aún quedarían diez jornadas para la conclusión de la fase regular de la Euroliga. Con tanto trayecto por recorrer parece ilógico calificar un encuentro como una final.
Sin embargo, el duelo de este viernes en el Zalgirio Arena es de una trascendencia similar para los intereses azulgranas. El partido. Lo es. Y es que una victoria en el feudo del Zalgiris valdría por tres para la tropa de Peñarroya.
De ganar, el conjunto gasteiztarra sumaría un triunfo vital en su carrera por acceder al Top 8. La cuenta de victorias ascendería a 14 y tan solo harían falta cuatro o cinco más en las diez restantes para llegar a las 18-19 que se calculan como necesarias para alcanzar las eliminatorias previas a la Final Four.
Viendo el calendario que resta al Baskonia, la salida a Kaunas parece la más propicia para rascar algo a domicilio, habida cuenta de que el resto de compromisos lejos del calor del Buesa son en Bolonia ante una Virtus al alza, en Madrid frente al todopoderoso conjunto blanco, en Tel Aviv, donde espera un Maccabi, que es el mejor equipo como local de la competición con un balance de 9 triunfos en casa y una derrota, en Belgrado contra el Estrella Roja de Ivanovic o en el Pireo frente a líder Olympiacos. Palabras mayores.
Obligaría a no fallar el Buesa
Salidas muy complicadas todas ellas, que en el caso de volver de vacío obligaría a no fallar en el Buesa. Por eso, antes de dejar todos los deberes para el fortín de Zurbano convendría tener un pequeño colchón y qué mejor que empezar a hacerlo desde esta salida a Kaunas. Además, un triunfo en tierras bálticas tendría el valor añadido de que se alejaría a un rival directo a dos triunfos, que serían tres al tener también el average particular ganado tras la contundente victoria lograda al inicio de curso en Gasteiz por 93-73.
Lo dicho. Un partido que vale por tres. El Zalgiris quedaría algo descolgado de ese pelotón de perseguidores. Algo de aire para una congestionada clasificación. Además, el Baskonia debería de aprovechar el mal momento por el que atraviesa el conjunto de Kaunas.
La escuadra que dirige Kazys Maksvytis ha ido perdiendo algo de fuelle en estas últimas semanas. Una de las revelaciones del torneo está sufriendo un pequeño bache. Buena prueba de ello es que lleva tres derrotas consecutivas tras caer a domicilio frente al Panathinaikos y Efes y en casa de forma contundente ante un Partizan al alza.
“ El Zalgiris, tras ir ganando en el Oaka por 15 puntos al descanso (27-42), acabaría recibiendo un severo correctivo (89-65) tras sufrir un hundimiento sin precedentes en la segunda parte ”
Además su derrota en Atenas fue sangrante. Y es que tras ir ganando en el Oaka por 15 puntos al descanso (27-42), acabaría recibiendo un severo correctivo (89-65) tras sufrir un hundimiento sin precedentes en una segunda parte en la que encajó un tremendo parcial de ¡¡¡62-23!!!
Un rival muy fuerte en casa
No están bien y además cuenta con un problema en la dirección del equipo. A la baja de larga duración de su pulmón, Keenan Evans, se ha unido su sustituto Isaiah Taylor, además de Tyler Cavanaugh.
En lugar del cuatro llegó el exbaskonista Achille Polonara hace un mes para sumarse a la aportación de jugadores como Rolands Smits, Ignas Brazdeikis o Edgaras Ulanovas, los más destacados en el conjunto báltico, que siempre cuenta con un público fiel en cada encuentro.
Ahí son fuertes. Por eso, el Baskonia no debería fiarse si no quiere volver a salir escaldado como ya sucediera en sus visitas a rivales teóricamente más débiles como Alba, Asvel, Milán o Bayern. Tocará salir con los cinco sentidos. Nada de concesiones. Y es que además el Zalgiris se hace fuerte ante el calor de su hinchada.
Buena prueba de ello es que esta temporada tan solo han perdido tres de los once partidos disputados en el Zalgirio Arena, el ya citado de la última jornada frente al Partizan, y las dos derrotas sufridas a mitad de la primera vuelta frente a Efes y Partizan.
En Kaunas han caído equipos de la talla del Real Madrid, Barça y Fenerbahce, además de Virtus, Alba, Armani, Bayer y Estrella Roja, lo que deja bien a las claras que son un equipo fiable en casa. Toca ponerse las pilas. Ganar este partido es clave. Es un triunfo que vale por tres.