El Baskonia visitará mañana a partir de las 20.45 horas el Wizink Center para enfrentarse al Real Madrid, actual líder de la Euroliga, en un encuentro de máxima dificultad para los gasteiztarras. Será esta la primera vez en lo que va de temporada en la que el conjunto azulgrana juegue en el feudo merengue, ya que en las dos anteriores ocasiones en las que se vieron las caras lo hicieron en el Buesa Arena, con victorias del Baskonia por 92-86 en Euroliga y por 88-82 en ACB.
Estos dos precedentes invitan al optimismo, pero lo cierto es que el Baskonia está mostrando este curso dos versiones muy diferentes cuando juega en casa y cuando juega lejos del Buesa Arena, situación en la que no consigue un triunfo en Euroliga desde el pasado 16 de diciembre contra el Fenerbahce. Además, el cuadro entrenado por Chus Mateo está pasando por una buena racha de resultados con 11 victorias en sus últimos 12 compromisos, siendo el Unicaja en la semifinal de Copa del Rey el único que ha conseguido derrotar a los madrileños recientemente.
No cabe duda de que el presupuesto y la plantilla del Real Madrid son superiores a los del Baskonia y que obtener un triunfo en el Wizink Center entra en pocas quinielas, pero los azulgranas ya han demostrado ser capaces de plantar cara al finalista de la pasada edición de la Euroliga y son conscientes de que conseguir mañana una victoria tendría un valor incalculable en la pelea por el play off teniendo en cuenta que aún quedan cuatro partidos por disputar en el Buesa Arena. Además, supondría una inyección de confianza para los de Joan Peñarroya de cara a los próximos compromisos a domicilio, ya que la losa de los malos resultados lejos de Vitoria-Gasteiz es cada vez más pesada.
Dudas en la enfermería
El exigente calendario que están teniendo que afrontar los equipos de Euroliga esta temporada deja incógnitas en ambos conjuntos en forma de problemas físicos y posibles ausencias. El Real Madrid no podrá contar con los lesionados de larga duración Alocén, Randolph y Llull, a quienes podrían sumárseles Rudy Fernández y Walter Tavares. El primero se perdió la visita al Obradoiro domingo por un proceso gripal, por lo que si ya lo ha superado estará disponible, mientras que el segundo sufrió un esguince de tobillo el pasado viernes contra el Asvel y parece difícil que pueda llegar al choque, aunque Mateo no lo descartó en su intervención previa al encuentro. La presencia o no del dominante pívot caboverdiano condicionará notablemente el encuentro y sin él gran parte del peso del juego interior madridista recaerá sobre Poirier, que no está completando su mejor año.
Por parte del Baskonia, Sedekerskis, que se ha perdido los tres últimos encuentros por unas molestias en el muslo, es duda, mientras que Markus Howard, que no jugó contra el Granada por unos vómitos, debería estar disponible para la cita. Con más o menos bajas, la emoción está asegurada.